En la Tierra a viernes, 29 marzo, 2024

El poder de las creencias

Las creencias contienen las ideas que sostenemos como verdaderas en relación a nuestra persona, los demás, el entorno y las situaciones en que podemos vernos envueltos. Son puntos de vista que poseen una carga emocional. Necesitamos un ‘esquema general del mundo’ en el q basar nuestra forma de ser y estar y… ese esquema general o esa estructuración a partir de q configurar nuestra concepción del mundo es lo q denominamos ‘sistema de creencias’, y es lo q constituye el soporte de nuestra personalidad.

Las creencias conforman nuestra vida, según creemos así vivimos y percibimos ➔ nos proporcionan equilibrio y continuidad en nuestra forma de ver el mundo o en el modelo de realidad que diseñamos. Nos ayudan a establecer “nuestro orden”. Las creencias tienen la peculiaridad de que, 1 vez instaladas en nuestras mentes, tienden a mantenerse a sí mismas. Y, para aquellas creencias que resulten contrarias a ‘la experiencia’, siempre vamos a preferir cambiar la percepción de la realidad (antes) que modificar la creencia (es una forma de proteger nuestra modo de vida). ‘Las creencias’ filtran la percepción de la realidad y movilizan nuestros recursos en una dirección congruente con ella. El cambio de creencias solo es posible cuando encontramos otra q sea capaz de cuestionar la q ya tenemos.

– Tipos de creencias
Las creencias son potenciadoras o limitantes en función de lo q nos permiten o nos impiden hacer. Básicamente son de 2 tipos:

Recursos / Potenciadoras: impulsan nuestras acciones y actuaciones.

  • Limitantes o limitadoras: nos condicionan y reducen nuestra eficacia, hasta el punto de lograr alterar todos y cada uno de los ámbitos de nuestra vida. Las dotamos de credibilidad absoluta y, por tanto, la influencia ejercida sobre nosotros y nuestra vida es totalmente perjudicial y dañina. Limitan nuestra eficacia y, en consecuencia, nuestra consecución de objetivos. Gobiernan inconscientemente nuestra vida y condicionan nuestros comportamientos hasta el punto de bloquearnos, anularnos o hacernos daño emocionalmente.

Las creencias son tan poderosas que nuestra existencia gira alrededor de ellas y, prueba de ello es que cuando ‘una creencia’ dice que algo no es posible, solemos considerar que es imposible y, llegado el caso, las emociones derivadas son consecuencia de nuestros pensamientos, y no de los sucesos externos (que solo los facilitan pero no los producen).

La buena noticia es que las creencias pueden cambiarse y seguramente cualquiera de nos lo habrá logrado en muchas ocasiones. Nuestras creencias influyen en nuestro comportamiento. Nos motivan y le dan forma a lo q hacemos (Configuran el Mapa de Nuestra Realidad). Nuestras interpretaciones producen nuestras emociones y estados de ánimo. Cuando las creencias con las que nos identificamos son positivas, nuestras respuestas emocionales también. Sin embargo, si propician lo contrario, además de perjudiciales, condicionarán nuestras acciones y resultados.

Seguiremos informando…

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