El periodismo de Brasil ha vivido lo que muchos llaman un “noviembre negro”. En solo dos semanas tres periodistas han sido asesinados, lo que eleva a seis la cifra de profesionales de la comunicación que han perdido la vida este 2015 por motivos relacionados con su oficio. Ante la alarmante situación, la oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU en América del Sur (ACNUDH) y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) han difundido sendos comunicados donde condenan los crímenes y exigen a las autoridades brasileñas investigar con profundidad las causas de lo sucedido y llevar a los responsables ante la justicia.
“Es preocupante el tema de la falta de protección de quienes se dedican a informar a la población. El esclarecimiento de este y de los demás asesinatos de periodistas es fundamental para deslindar responsabilidades y poder establecer pautas claras para garantizar que no se afecte la actividad periodística y se resguarde la integridad física de los comunicadores”, dijo Claudio Paolillo, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP.
Mientras que Amerigo Incalcaterra, representante de la ACNUDH, lamentó que a lo largo de estos últimos años, Brasil se haya convertido en “uno de los países menos seguros de la región y del mundo para trabajar como periodista social”. “Pedimos a las autoridades que investiguen sus muertes y que castiguen a los responsables, para que estos crímenes no permanezcan impunes. La violencia y la intimidación forman parte de la vida cotidiana de muchos periodistas sociales en Brasil a raíz de su trabajo“, subrayó y exhortó a las autoridades a “protegerlos”.
Las víctimas
El bloguero y periodista de radio Orislândio Timoteo Araújo, de 37 años, conocido como Roberto Lano, es la víctima más reciente de esta ola de violencia contra trabajadores de los medios de comunicación en Brasil. Lano perdió la vida el sábado 21 de noviembre en la ciudad de Buriticupu, en el estado de Maranhão al noreste del país, cuando se encontraba en una motocicleta acompañado por su esposa, luego de que otro sujeto que también viajaba motocicleta le disparara en la cabeza. Araújo, quien escribía el Blog de Roberto Lano, era conocido además por trabajar en campañas políticas y promover eventos en la región.
La semana anterior, el viernes 13 de noviembre, el bloguero Ítalo Eduardo Diniz Barros, de 30 años fue asesinado en la ciudad Governador Nunes Freire, en el estado de Maranhão, al noreste de Brasil. El asesinato – según informaron medios locales- ocurrió alrededor de las 6:45 frente a un comercio de la ciudad donde estaba acompañado por un amigo. Dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta le dispararon en cuatro ocasiones. En su blog, O Portal de Notícias Ítalo Diniz.com, publicaba información de naturaleza política y aunque se desconoce el móvil del asesinato, la policía no descarta que el crimen pudiera estar vinculado a su actividad profesional, ya que Diniz había recibido amenazas de muerte.
El asesinato de Diniz se suma al de Israel Gonçalves Silva, de 37 años, quien era periodista del programa ‘Micrófono Abierto’ de la Radio Comunitaria Itaenga FM y que fue ultimado el martes 9 de noviembre, alrededor de las 7:30 de la mañana en el municipio de Lagoa de Itaenga, en la Zona da Mata del estado de Pernambuco (noreste de Brasil). De acuerdo a medios locales, el reportero estaba en una tienda de electrónica después de dejar a sus dos hijos en una escuela cercana, cuando dos hombres en una motocicleta se acercaron a él. Uno de ellos abrió fuego hiriéndolo en el brazo y el cuello, lo que le causó la muerte en al acto.
Con estos tres casos, ya van 17 periodistas asesinados desde 2011. El país está en el undécimo lugar en la clasificación establecida por el brasileño Comité de Protección de Periodistas (CPJ) sobre impunidad de responsables de las muertes de periodistas.
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