La compras online son cada vez más habituales. También es cierto que todavía hay quien siente dudas a la hora de enfrentarse a este proceso por desconocimiento y, sobre todo, por los riesgos que conlleva. Y eso que, en nuestro país, contamos con leyes poco permisivas al respecto. Con todo, siempre es importante que tomemos medidas para evitar problemas que, a la postre, pueden ser complejos de solucionar. La Asociación del Internauta es el organismo que más sabe y, por eso, ha recopilado 7 recomendaciones que nos pueden salvar la vida…
- Ten claro que operas en una página segura: para comprobarlo basta con que seas una persona observadora. Si es fiable, la URL pasará de http:// a https://. Esa “S” final será lo que respalde la seguridad de la misma. La “S” y el pequeño candado que debería localizarse en la parte inferior de la web, en uno de los dos lados, y que refrenda que tiene certificado de seguridad.
- Revisa las condiciones de entrega: Si no son las habituales… Mejor no comprar. Así, hay un concepto que debe quedar claro. Es… la primera norma: el plazo máximo que tiene el vendedor es de 30 días, estando obligado a notificar en caso de incumplimiento. En ese momento, el comprador debe decidir si continúa o cancela el proceso. De producirse este segundo caso, el dinero invertido debe serle reembolsado en su totalidad.
- Los datos deben estar muy claros: desde las características del producto o servicio hasta el precio o la forma de pago. También deben incluirse todo lo relacionado con la devolución, para aquellos que no terminan conformes con lo adquirido (condiciones, plazos y procedimientos de devolución). Además, el formulario al respecto debe ser fácilmente accesible y simple en su cumplimentación. Por último, deben mostrarnos las vías de acceso con las que contamos para realizar reclamaciones.
- Conocer los derechos que tenemos como consumidores: Son los mismos que si lo comprásemos en una tienda. No hay diferencias. Este hecho incluye también los periodos de rebajas. Por ello, lo primero que debes hacer al recepcionarlo es comprobar que este bien (puede haber recibido algún golpe o venir con un defecto de fábrica). Sino no fuese así, debes devolverlo, lo que conlleva la necesidad de contar con la factura, el recibo y la garantía. Del mismo modo, si hemos pagado con tarjeta, hemos de controlar que el vendedor anule la operación. Este proceso tiene una duración distinta según la entidad bancaria.
- Los formularios de datos no deben ser eternos: Cuando hemos de facilitar nuestros datos, no debemos enfrentarnos a una pantalla con multitud de huecos que rellenar. Para la venta online, los datos que se suelen pedir son los básicos por lo que, si se sobrexceden mucho, hay algo que no está bien. Del mismo modo, y concretando en el pago, es mejor contar con una tarjeta específica para ello sobre la que poder hacer imposiciones en las cantidades. Evitaremos posibles robos.
- Los precios demasiado buenos no suelen ser ciertos: Las gangas no suelen existir, aunque sea Internet. De todas formas, y para asegurarnos, lo mejor es buscar referencias del vendedor antes de realizar la operación. Para quedarnos tranquilos. Aun así, lo normal es que si es una marca reconocible, lo que se haya producido es un error. Si no lo es, estaremos ante un más que probable fraude. Sea como fuere, tenemos la opción de escoger una tienda adherida al sistema arbitral de consumo. Podremos actuar más tranquilo.
- ¿Y si tenemos un problema?: Existe un “protocolo”. En primer lugar deberemos acudir al servicio de Atención al Cliente de la marca. Si este no nos facilita una solución, lo siguiente será acudir a la OMIC (Oficina Municipal de Información al Consumidor). Esto si es problema leve. Si es grave, es decir conlleva delito, el primer movimiento es poner una denuncia en la comisaría de Policía. Además, en España, contamos con una unidad especializada en delitos informáticos, Grupo de Delitos Telemáticos. Ellos se encargarán de solucionarlo.
Seguiremos Informando…
