La crisis interna del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha llevado a Pedro Sánchez a abandonar la estrategia de comunicación afable con los medios y ha pasado a la ofensiva. En declaraciones a la Cadena SER, el Secretario General de los socialistas ha asegurado no dimitirá aunque el Comité Federal tumbe el Congreso. Sánchez ha salido al paso sin oír los consejos de su equipo, especialmente su asesora de comunicación, Verónica Fumanal, que ha fracasado en calmar a los medios de comunicación, incluso los más afines a las posturas socialistas, como El País. De hecho, Sánchez parece haber elegido la Cadena SER para cometer el que según los analistas ha sido su gran error en los últimos días y desafiar a todos los barones del partido.
Poco queda ya de aquel político afable y cercano a la sociedad que llamaba a programas de máxima audiencia como Sálvame. Pedro Sánchez ha pasado de la cercanía a la tirantez. De la sobreexposición mediática a cerrar las puertas de Ferraz a los periodistas. De la sonrisa al rostro preocupado. Sánchez siempre se ocupó de gustar y agradar al gran público con una estrategia de comunicación pensada para ganar al electorado. Sin embargo, en esa estrategia quedaron fuera los más importantes: sus barones. Las tiranteces siempre palpables entre el núcleo más afín a Susana Díaz y al de Sánchez han terminado por estallar en una guerra abierta tras los malos resultados de las elecciones en los parlamentos Gallego y Vasco.
Sánchez no parece escuchar los consejos de sus más allegados, especialmente su asesora de comunicación, la experta en comunicación política Verónica Fumanal y mano derecha del secretario general. La mañana del lunes Sánchez desafiaba a los medios de comunicación con el cierre de la sede de los socialistas en Ferraz a “cal y canto”. No fue hasta el mediodía cuando Sánchez ofrecía una rueda de prensa donde más que entonar el mea culpa por los malos resultados de las elecciones en Galicia y País Vasco, ofrecía una nueva estrategia. El secretario general del PSOE anunciaba la celebración de un Congreso Federal, eligiendo previamente mediante primarias entre su militancia al secretario general, para clarificar la “posición del partido” y que así “el Partido Socialista tenga una única voz”. De este modo, Sánchez marca la hoja de ruta que deberán seguir los socialistas. La celebración de un Comité Federal el próximo 1 de octubre, de manera que tenga lugar el 23 de octubre la elección del secretario general en un proceso de primarias y la celebración del Congreso a primeros de diciembre. Con este órdago Sánchez desató la furia interna de los barones del PSOE.
#PedroSánchezEnLaSER: “No me planteo dimitir.Aquellos que voten en contra de mi propuesta me gustaría saber la suya” https://t.co/ir6aFfDzVD
— Hoy por hoy (@HoyPorHoy) 27 de septiembre de 2016
El martes Sánchez explicaba en las mañanas de la Cadena Ser, uno de los pocos espacios mediáticos que no han levantado la espada en contra el Secretario General, su hoja de ruta y avisaba con tono amenazador: “Por supuesto que no dimito” aseguraba a Pepa Bueno el líder de los socialistas ante la posibilidad de que los barones tumbasen sus intenciones. A partir de entonces el núcleo duro del PSOE salía a la calle para mostrar la confrontación en el seno del partido. Susana Díaz mostraba su plena disposición a liderar una alternativa de liderazgo en el PSOE. Horas después Felipe Gonzáles ha asegurado que “Sánchez le engañó” cuando le dijo que se abstendría en la investidura fallida de Mariano Rajoy. El ex dirigente socialista ha sido tajante, y ha pedido la dimisión de Sánchez.
El error de comunicación que podría acabar con Sánchez
Sin lugar a dudas las últimas horas están siendo un auténtico calvario para el actual líder socialista que no parece estar dispuesto a dar su brazo a torcer. Los analistas políticos consultados aseguran que el gran error de comunicación de Sánchez no ha sido poner en macha el comité federal y un congreso express, sino la misma actitud del secretario general y su intransigencia a dimitir aunque la mayoría del comité federal lo solicite. Tampoco ha sentado muy bien la respuesta del PSOE en relación a las declaraciones de Felipe González. Con un comunicado de prensa en el que Sánchez se reservaba el derecho a mantener el privado las conversaciones que ha mantenido con los líderes socialistas.
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