Las agencias de inteligencia de Estados Unidos son las fuerzas más poderosas conocidas en el mundo, tienen la capacidad de obtener datos de seguridad de Estado de naciones enteras o incluso pueden bombardear en segundos un territorio a miles de kilómetros de distancia y partir del 20 de enero de 2017 todo ese poderío estará en manos del magnate Donald Trump. Se acabó la época de memes que advertían de este poder, como esta imagen del San Diego Tribune durante la campaña electoral… ¿y ahora quñe?
Hasta ahora todo lo que se diga con respecto al tema son presunciones, pero lo cierto es que el ahora presidente electo Trump dejó ver las intenciones que tiene con todo ese poder, medidas que pudieran estar yuxtapuestas con los derechos civiles más importantes incluso de los ciudadanos estadounidenses.
Luego de los ataques del 11 de septiembre, el sistema de defensa delegó en la Presidencia de los Estados Unidos facultades casi ilimitadas en cuanto a seguridad nacional se refiere, incluyendo la casi nula supervisión por otros poderes sobre las decisiones que el primer mandatario tome en ese sentido.
Entre ese control de la seguridad que tendría Trump y que hereda de una limpia gestión demócrata, incluye los sistemas de vigilancia que despliega la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) y el poderío en expansión del programa Drone.
Las expectativas sobre las radicales decisiones que tomará el presidente Trump sobre la NSA no son infundadas. En el equipo de transición a la nueva administración se encuentran el representante Devin Nunes y el ex congresista Mike Rogers encabezando todo lo relacionado con inteligencia, dos personajes que pareciera caminarán hacia una gestión más invasiva y con mucho más secretismo del que hay ahora.
Quizás lo más peligroso de ello, resaltan en un informe de The Verge, es que todas esas medidas pueden ejecutarse en secreto sin que el Congreso y la Corte lo sepan o lo autoricen. Todos estos pasos están soportados en la Orden Ejecutiva 12.333, en la que se ampara la NSA y que autoriza la recolección de datos dentro y fuera de Estados Unidos que puedan estar vinculados con la seguridad nacional, es decir espionaje abierto y sin control.
Debido al secretismo que envuelve la NSA no se conoce de qué manera ha sido implementada esa Orden Ejecutiva o hasta que punto ha sido empleada, pero si queda claro que será reimpulsada por la administración Trump para allanar el camino de los planes republicanos.
Elizabeth Goitein, del Centro de Brennan, co-dirige el Programa de Libertad y Seguridad Nacional del centro y señala: “Está dentro de la autoridad del presidente hacer cambios allí. Podría haber una expansión significativa de esas actividades sin que el público tenga conocimiento de ello”.
Trump: con licencia para matar
Además de los poderes ilimitados sobre la vigilancia y espionaje, el gobierno de Trump también heredará poderes sin precedentes para matar de forma inconsulta a sospechosos de terrorismo que puedan atentar contra la seguridad nacional. Desde que el program Drone se inició, las naves estadounidenses no tripuladas han liquidado a 5.000 personas, uno de ellos un ciudadano norteamericano.
Es evidente que causa gran miedo las consecuencias de este poder en manos de Donald Trump, a quien se le escuchó durante su campaña hablar de las medidas de tortura que piensa reactivar, más aún sus expresiones sobre las familias de quienes se consideran terroristas, por lo que no deja de preocupar cuáles serán las medidas implementadas en este sentido por el nuevo mandatario, al tiempo que se les es permitido determinar quien es y quien no sospechoso de terrorismo, convirtiendo ese permiso en un gran paraguas para cometer delitos contra la humanidad.
Donald Trump no cuenta totalmente con el respaldo de la inteligencia
Recientemente The Washington Post señaló que Trump encontró oposición significativa en la comunidad de inteligencia, alimentada por la negativa del presidente electo para aceptar las conclusiones del director de Inteligencia Nacional sobre los recientes casos de espionaje en la que se filtraron documentos y se intentó hackear el sistema electoral, determinando que era producto de ataques rusos.
Así mismo, The Daily Beast encontró incomodidades similares en el Pentágono, debido a que los antiguos funcionarios serán reemplazados por una nueva generación, por lo que poco importa las opiniones de los altos cargos ya que pueden ser removidos a voluntad del Presidente.
Por ahora toca esperar si el radicalismo de un inexperto político Donald Trump estaba relacionado con un mensaje extremista de campaña o si por el contrario se cumplirán todas sus promesas, algo que pone a temblar al mundo entero. ¿Se imagina a Trump con ese botón rojo de las armas nucleares de Estados Unidos en sus manos? Tal vez solo exista en las películas, pero es la imagen gráfica perfecta para entender la situación que los estadounidenses han hecho posible.
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