En la Tierra a martes, diciembre 24, 2024

La ciencia empaña el estreno de ‘Pulsaciones’: ¿Incita a creer que los órganos trasplantados tienen memoria?

Foto: Antena 3

El estreno de la serie Pulsaciones en Antena 3, que supone la vuelta de Emilio Aragón a la televisión como guionista y director de algún capítulo, se convirtió en lo más visto de martes por la noche (17,1% de share), sacándole una importante ventaja a la esperada semifinal de MasterChef Junior (15,7% de cuota de pantalla). Sin embargo, este éxito de audiencia se ha visto eclipsado por una polémica protagonizada por miembros de la comunidad científica y detractores de las pseudociencias. ¿El motivo? El thriller lleva a la ficción la teoría de que el corazón, tal y como nuestro cerebro, puede tener memoria.

El protagonista de este inquietante thriller es un neurocirujano frío y racional que recibe un trasplante de corazón de un periodista que investiga unos asesinatos y le matan simulando un accidente. El órgano trasplantado comienza a enviarle recuerdos del fallecido a su nuevo propietario quien, a través de “flashes”, conoce el dramático final de su auténtico dueño. Es entonces cuando el médico comienza a investigar qué pudo pasarle al reportero.

Dos posturas: Defensores de la ciencia ficción vs detractores de las Pseudociencias

Según manifiesta Juan Diego Boto, el actor que interpreta al periodista fallecido, en una entrevista a prnoticias.com, la teoría de que el corazón tiene cerebro “es un muy buen elemento de ciencia ficción para iniciar una trama de suspense”. Como él, el propio Emilio Aragón reconoce que el origen de esta ficción está en las hipótesis de una investigadora francesa: “Ella sostiene que el corazón puede llegar a tener tanta memoria como el cerebro. Evidentemente, todas estas investigaciones están en una fase muy primaria y nosotros lo que hemos hecho es llevarlo a la ficción, al terreno de lo fantástico, porque nos parecía que era muy interesante y podía originar historias con mucho contenido”.

Sin embargo, decenas de científicos y detractores de las pseudociencias llevan desde el martes denunciando a través de las redes sociales y blogs personales que esta idea de la memoria celular no goza de ningún tipo de evidencia científica y que, aunque no sea más que ficción, incitar a creer que un trasplante puede ocasionar pesadillas, recuerdos reiterativos y angustiantes, hiperexitación, problemas de ansiedad u otros problemas psicológicos solo fomenta que aumente el alarmante porcentaje de personas que aún creen que las donaciones pueden conllevar transferencias de identidad y recuerdos del donante, un dato que hoy en día se sitúa en el 34%. Según los expertos, “normalizar esas creencias solo consigue generar miedos, dolor y ansiedad en aquellos que necesitan o han recibido un trasplante”.

El patinazo de Mariló Montero sobre los trasplantes que incendió Twitter

Quizá el detonante de esta firme oposición a trasladar a la ciencia ficción la suposición de que el corazón pueda tener memoria se deba a lamentables experiencias del pasado con respecto a los mitos que circulan en torno a los trasplantes y que se difunden sin criterio científico alguno en programas de televisión de gran audiencia.

Recordemos la avalancha de mensajes de indignación y sarcasmo que se provocó a raíz de las reflexiones de Mariló Montero sobre los trasplantes. La presentadora tuvo la ocurrencia de reconocer en “Las Mañanas de La 1” sentirse aliviada después de que la Organización Nacional de Trasplantes le asegurara que los órganos del presunto asesino de El Salobral no iban a ser donados. “¿Alguien querría recibir el pulmón, el hígado, el corazón, de otro que ha quitado vidas? ¿Pasa algo por llevar el órgano dentro de ti de alguien que ha matado a otros? No está científicamente comprobado, pero nunca se sabe si ese alma está trasplantado también en ese órgano”, concluía la presentadora antes de dar por finalizado el programa.

En este caso, hasta la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) se vio en la necesidad de intervenir. Aclaró que, ante una donación de órganos, “solo se valora la situación clínica del donante” y no se tiene en cuenta su posible conducta delictiva. Rafael Matesanz, director de la ONT, explicaba que “no tiene sentido” pensar que el alma de una persona fallecida pueda ser trasmitida a otra a través de la donación.

Seguiremos informando…

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