Saca lo mejor de ti potenciando tus fortalezas

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Tradicionalmente, siempre se nos ha visto o valorado a partir de nuestras áreas de mejora: en el colegio, en el trabajo…, era más fácil que nos dijeran qué es lo que nos faltaba o no teníamos, en vez de lo que hacíamos bien.

Es importante hacer un giro en lo anterior e identificar cuáles son nuestras fortalezas y cómo las podemos usar en nuestro beneficio y en el de nuestro desarrollo. Martin Seligman, uno de los impulsores del modelo dice que “aquellas personas que desarrollan sus fortalezas personales al máximo son quienes se diferencian del promedio y, no solamente eso, sino que son auténticamente felices”.

En definitiva ¿Qué son las fortalezas? Son virtudes, talentos y valores que mejoran nuestro rendimiento, nos movilizan, nos llenan de energía y nos hacen más fuertes antes las circunstancias de la vida.

Ahora bien, ¿cómo trabajar y potenciarlas? Haciendo un ejercicio consistente en tres pasos:

1. Identifica tus fortalezas
2. Explora tus fortalezas,  ayudándote de las siguientes preguntas:

• De las fortalezas obtenidas, ¿cuál es la más evidente en mi vida en este momento?
• ¿De qué me sirve tener y desarrollar esta fortaleza?
• ¿Hasta qué punto otras personas notan esa fortaleza? ¿Qué me dicen?
• ¿Qué recuerdo esencial tengo de la aplicación de esa fortaleza en el último mes?
• ¿Qué hago para cultivar esta fortaleza?
• ¿En qué tipo de situaciones o relaciones se manifiesta más esa fortaleza?
• Si la continúo desarrollando, ¿qué beneficio obtendré?
• De modo concreto, ¿de qué modo puedo utilizar esa fortaleza en mi trabajo? ¿Y en mi vida personal?

   3. Aplica las fortalezas: comprométete con una fortaleza y, durante el resto del mes, ponla en funcionamiento cada semana de un modo diferente.

Si finalmente haces lo anterior y aplicas tus fortalezas, conseguirás ser más feliz y manifestar lo que los estudios demuestran:

• Más confianza en ti misma.
• Mayor autoestima.
• Más energía y vitalidad.
• Menos estrés.
• Mas compromiso en lograr más sus metas.