La reputación se ha convertido en uno de los intangibles clave para las compañías. Los escándalos que acucian a empresas como Volkswagen, Samsung o Google demuestran cómo puede verse mermada su reputación, sin embargo, algunas voces son escépticas sobre si la reputación realmente afecta a la cuenta de resultados. Según el estudio RepTrack 2017, realizado por la consultora Reputation Institute, el 58% de los consumidores estarían dispuestos a comprar o recomendar productos de una empresa con buena reputación, mientras que el porcentaje de compra o prescripción se reduce hasta el 19% en las empresas que tienen una reputación más débil.
La consultora Reputation Institute ha dado a conocer los resultados de su estudio Rep Track en España, donde se recoge el estado de la reputación de las principales compañías que operan en el país. Central Lechera Asturiana es la empresa con mejor reputación en España, mientras que los grandes retrocesos en reputación durante 2016 los protagonizan BMW, Samsung, Google, Ikea y HP, todas ellas experimentan un retroceso de más de 3,2 puntos pulse, una disminución “significativa” en su reputación, según la consultora.
Ocho años después, las empresas que operan en nuestro país han conseguido recuperar los niveles de reputación previos al estallido de la crisis económica. Esta es la principal conclusión del estudio RepTrak España 2017.
De acuerdo con los datos del estudio, la media de reputación de las empresas analizadas se sitúa en 2017 en 66,3 puntos RepTrak Pulse (el indicador que cuantifica la estima, admiración, confianza y buena imagen que suscita una compañía), prácticamente el mismo que el registrado en 2010, cuando la curva de la reputación corporativa en España inició un descenso que culminó en 2014. Los 61,1 puntos RepTrak Pulse de aquel año fijaron el suelo de la reputación corporativa de la serie histórica del estudio, pero también señalaron el inicio de su recuperación, que se ha prolongado hasta la actualidad.
La calidad de los productos y servicios ofertados sigue siendo la dimensión dominante (ya supone el 20,6% de la reputación de una empresa, con un crecimiento de 2,1 puntos porcentuales respecto a los valores de 2016), si bien su protagonismo cada vez es más compartido con las dos dimensiones más “responsables” del desempeño corporativo: Integridad (entendida como ética y transparencia) y Ciudadanía (entendida como inversión social y cuidado del medio ambiente), que juntas significan el 30,8% de la reputación de una empresa. Las otras cuatro dimensiones analizadas en el estudio pierden peso específico en el cómputo global de la reputación de una empresa con respecto al pasado año, pasando del 51,9% en 2016 al 48,6% en 2017
Según Reputation Institute, solo el 19% de los consumidores encuestados manifestó su intención de comprar los productos de una empresa con una reputación débil, 39 puntos porcentuales menos que quienes sí se los comprarían a empresas con una reputación fuerte. También el 52% de los consumidores encuestados estaría dispuesto a hablar positivamente de estos mismos productos de las empresas con mejor reputación frente a únicamente el 14% de las empresas con una percepción débil.
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