La sombra de la sospecha se cierne sobre la supuesta pillada de los periodistas de Telecinco a Comín en conversación con Puigdemont. En dicha conversación, el líder de los independentistas se abría al también fugado Comín, expresándose en términos tan duros como “traición” de sus propios compañeros. Los mensajes son de una contundencia tan grande que ahora, la duda que se plantea es, cómo pudieron ser tan descuidados y si no formará parte de una estrategia de comunicación para posicionar a Puigdemont como un mártir.
En el caso de que fuera una estrategia, ¿cuál es motivo para llevarla a acabo? A primera vista pudiera parecer que se tiran piedras sobre su propio tejado. En los mensajes de adivina un Puigdemont devastado, cansado y desolado por la traición de sus propios compañeros de viaje. Llega a decir que el procés ha muerto. ¿De qué manera podría esto beneficiar a su causa? Si su causa fuera el independentismo, mostrándose tan desanimado podría desmovilizar a gran parte de su electorado. Del mismo modo le da a “Moncloa” la victoria en esta batalla, lo que de ninguna manera suena esperanzador.
¿De qué serviría llevar a cabo esta estrategia entonces? Algunos medios de comunicación ya han apuntado que lo que buscan Puigdemont y Comín es presionar a sus propios compañeros para que lo invista cuanto antes. La imagen que se transmite en la conversación – interesada o no – es de dos políticos, que aunque pertenecen a formaciones políticas diferentes – Comín a ERC y Puigdemont a JxCat – consideran que están juntos en esto, a pesar de que la decisión de no investir, por el momento, a Puigdemont parte precisamente de ERC, por voz del president del Parlament, Roger Torrent, perteneciente a esta formación.
Es difícil creer que Comín, un político con experiencia, se haya dejado ‘cazar’ de esta manera por los periodistas de Telecinco. La sospecha se agrava aún más cuando el ex conseller, sabedor de que está rodeado de cámaras por todos lados, coge su móvil y deja completamente visibles todos los mensajes que Puigdemont le había mandado minutos antes, perfectamente alineados en pantalla. Los tiempos de recepción de los mensajes dan también lugar a la sospecha. Y es que, según recogen las imágenes el primer mensaje de Puigdemont lo recibió Comín 50 minutos antes de mirar el móvil. Después de que el político de ERC no diera ninguna respuesta, Puigdemont le escribió diez minutos después para seguir con su dramático discurso, y justo diez minutos después vuelve a enviar otro mensaje, sin que Comín haya contestado a ninguno.
Comín ya ha anunciado que se querellará contra Telecinco por haber revelado datos íntimos sin su consentimiento, apelando al artículo 197 del código penal. Sin embargo, los antecedentes jurídicos muestran que Comín lo tiene complicado para ganar esa querella, pues muestra el contenido de sus mensajes en un lugar público y sin intentar ocultarse siquiera.
Los periodistas que consiguieron filmar ese momento son el cámara Fernando Hernández y el reportero Luis Navarro, que en declaraciones recogidas por el diario El Mundo, decían que “Toni Comín no paraba de mirar el móvil”. Según los propios periodistas no se trata de un hecho deliberado. Según le han contado a El Mundo, no creen que estuviera “exhibiendo” su móvil queriendo. Esto, paradójicamente, podría ser peor para sus defesas, sin embargo los periodistas se refugian en criterios de relevancia e importancia para avalar su actuación. Serán los tribunales los que despejen la incógnita legal, aunque puede que nunca sepamos si Toni Comín y Carles Puigdemont actuaron así respondiendo a un plan premeditado, o si realmente fueron descubiertos.
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