A la formación morada le está pasando factura no tener profesionalizado dentro de la formación la figura del director de Comunicación. Los movimientos dados en torno a la polémica compra del chalet de Iglesias y Montero así lo certifican. La estrategia que la pareja ha diseñado para tratar de apagar el fuego que ellos mismos han encendido no ha hecho más que empeorar la situación, sobredimensionándola y convirtiéndola en noticia durante un periodo de tiempo mayor del que hubiera sido natural.
La rueda de prensa que Pablo Iglesias e Irene Montero presentaron por sorpresa a los medios de comunicación estuvo marcada por la improvisación y la falta de organización. El mero hecho de presentar a dos comparecientes distintos frente a un único atril desvela la falta de estrategia. Sin que ninguno de los diputados llegara a ocupar completamente el centro, daban la sensación de vulnerabilidad y desprotección. Aunque sin duda la peor de las situaciones se dio en el turno de preguntas, cuando los políticos se quedaron cada uno a un lado del atril, sin ocupar el centro y turnándose el micrófono para contestar.
La otra gran sorpresa vino una vez iniciada la rueda de prensa, y tuvo que ver con el contenido de la misma. Pablo Iglesias e Irene Montero decidieron hacer extensible su comportamiento al resto de la militancia de Podemos, instándoles a participar en una consulta en la que se les preguntará si Irene Montero y Pablo Iglesias deberán dimitir de sus cargos y además abandonar el acta de diputado. Es decir, desaparecer de la vida política. Resulta complicado imaginar que los inscritos vayan a votar afirmativamente en dicha consulta, de modo que con este movimiento lo que hacen Iglesias y Montero es responsabilizar de sus actos a toda la militancia. Lo que significa que, para las personas que han visto en la compra de esta casa un error, ahora no será solo de Iglesias y Montero sino de todos los inscritos, por permitirlo.
Podemos, el partido sin dircom
Desde la formación morada aseguran que no tienen una persona que se encargue de dirigir la Comunicación del partido, lo que puede explicar los errores cometidos. Con lo que sí cuenta el partido es con tres personas que se encargan de la relación de la formación con los medios de comunicación. Se trata de Laura Casielles, María de Vigo, y Gara Santana. Estas tres mujeres conforman el equipo de prensa de Podemos, siendo la más veterana Laura Casielles, quien llegó a compartir función con la propia Irene Montero, antes de que ésta se convertiera en portavoz de la formación. Quizás es el momento de que Podemos se plantee incorporar a un experto en Comunicación para asesorarle de forma estratégica.
La formación ya cuenta con responsables de Comunicación a nivel local, municipal y autonómico. Recientemente la dircom de Podemos en Aragón, Cristina Pemán, ha dimitido por “difrecencias irreconciliables” con la formación en la gestión de la crisis provocada por el ex secretario de Podemos en Zaragoza, Guillermo Lázaro, quien se pagó un viaje personal a Nueva York por valor de 2.800 euros con fondos de Zaragoza En Común, su grupo municipal. La ex responsable de Comunicación del partido en Aragón admitió que desecharon la estrategia que ella había planteado para solucionar el problema, lo que pone de manifiesto que Podemos tiene un problema con los directores de Comunicación.
Ampliación
Podemos acaba de anunciar que las votaciones para decidir si Pablo Iglesias e Irene Montero deben dimitir de sus cargos y abandonar su acta de diputado podrán llevarse a cabo desde el próximo martes 22 de mayo hasta el domingo 27. El lunes 28 la formación dará a conocer los resultados y si finalmente Iglesias y Montero deben dimitir. La pregunta que se hará a los inscritos es “¿Consideras que Pablo Iglesias e Irene Montero deben seguir al frente de la secretaría general y de la portavocía parlamentaria de Podemos?”. Solo podrán elegirse dos respuestas: “Sí o no, deben dimitir de la secretaría general y de la portavocía y dejar el acta de diputados”.
Seguiremos informando…