Jesús Calleja se ha convertido en el salvavidas de Cuatro. El leonés es una de las caras más reconocibles del canal, convirtiéndose en un seguro de audiencia para la cadena, que ahora necesita más que nunca comunicadores que conecten con el público y devuelvan al canal el brillo que tuvo antaño.
Este domingo 4, Calleja finiquita la cuarta temporada de Volando voy, uno de los formatos más frescos y entretenidos de la televisión actual, con una visita a la localidad soriana de Tierras del Burgo. El aventurero cerrará esta tanda de episodios con la sensación del trabajo cumplido, ya que se ha convertido en la única persona capaz de elevar el prime time de Cuatro.
La cuarta temporada de Volando voy se ha convertido en la segunda más vista de su historia, a tan solo seis décimas de la anterior. El espacio no ha bajado en ninguna ocasión de 1,2 millones de espectadores y, pese a emitirse en una de las noches más competidas de la semana, ha obtenido un 8,2% de cuota de pantalla y 1.457.000 espectadores de media. Esto supone un crecimiento de 1 punto y 344.00 seguidores con respecto a la primera temporada y una subida de 1,6 puntos y 387.000 fieles comparado con la segunda.
Los buenos datos obtenidos por Volando voy certifican una realidad que el montañero venía demostrando desde su primera incursión en la televisión con Desafío extremo: Jesús Calleja es un seguro de audiencia. El comunicador ha conseguido aminorar la crisis de audiencia que vive Cuatro gracias a sus excelentes registros de audiencia, que llegan a doblar la media diaria de la cadena.
Su buen hacer le ha valido el reconocimiento del público pero también de la crítica, ya que hace unas semanas fue galardonado con el Premio Ondas al Mejor presentador. En su valoración, el jurado destacó el “entusiasmo y compromiso” que desprende Planeta Calleja, “un formato que ha conseguido innovar una fórmula televisiva clásica cómo es el reportaje de viajes”.
En definitiva, Calleja es una suma de todos los valores que triunfan en la televisión hoy en día: carisma, simpatía, sencillez y amabilidad. De hecho, Cuatro debería tomarle como modelo de referencia y construir una programación cuyos pilares compartan la filosofía del aventurero. Mientras tanto, la cadena puede encomendarse a la magia de Jesús, nadie como él para remontar el vuelo.
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