La Cadena SER ha cerrado 2018 por todo lo alto. La emisora ha revalidado su liderato y, lo que es más importante, ha conseguido frenar la sangría de oyentes al sumar 50.000 nuevos fieles. Una de sus principales alegrías ha llegado de la mano de las madrugadas: ante el desgaste de Hablar por hablar y la tendencia a la baja de La vida moderna, PRISA decidió reorganizar la franja y cambiar el programa de Macarena Berlín por El faro, un nuevo espacio conducido por Mara Torres, retrasando así la hora de inicio del show de David Broncano.
La jugada le ha salido bien a la emisora, que ha conseguido reconquistar el liderato de las madrugadas gracias a El faro. Pero esta victoria ha tenido como coste el descenso de La vida moderna, que ha acusado su reubicación (ha pasado de comenzar a las 1:30 horas a empezar a las 4:00 horas) y ha sumado 80.000 oyentes, perdiendo casi la mitad de su audiencia.
El espacio obtuvo 156.000 oyentes en la anterior oleada, lo que supone un descenso de 76.000 seguidores en solo cinco meses. A nivel interanual, la caída es aún más acusada, ya que el programa se deja 126.000 fieles, lo que se traduce en una bajada del 61%. Pese a esta bajada, David Broncano, Ignatius Farray y Quequé han logrado igualar a Poniendo las calles (COPE), el espacio que solía vencer en esta franja y que, en esta ocasión, se ha tenido que conformar con aventajar en solo 1.000 oyentes a La vida moderna.
Más allá de las audiencias tradicionales, el programa, que conquistó el Premio Ondas al Mejor programa de radio el pasado mes, continúa siendo un absoluto éxito en las diferentes plataformas, ya que la gran mayoría de sus episodios están en torno a las 250.000 visualizaciones en Youtube y ocupa diariamente los primeros puestos en la lista de podcast más descargados.
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