Las elecciones generales del próximo 28 de abril cada vez están más cerca y eso se nota en la programación televisiva. Desde que se confirmó el adelanto electoral, las diferentes cadenas han apostado por realizar entrevistas a los candidatos de los principales partidos, algo que otrora era garantía de grandes datos de audiencia. Pero todo ha cambiado: la saturación de la sociedad ante la avalancha de comicios, unido a la bajada de consumo televisivo, ha llevado a que las entrevistas políticas hayan perdido ese aura de imbatibilidad.
La ronda de entrevistas realizada por Carlos Franganillo en La 1 es el mejor ejemplo de este cambio de panorama. A lo largo de las últimas semanas, el periodista ha charlado con Pedro Sánchez, Pablo Casado, Irene Montero y Albert Rivera y el resultado ha podido ser más catastrófico, ya que ninguna de las entregas ha sido capaz de rebasar la barrera del 10% de share.
Este mal rendimiento no es propiedad exclusiva de TVE. Sin ir más lejos, la entrevista de Pablo Iglesias este martes en El hormiguero se tuvo que conformar con un 12,5% de cuota de pantalla y 2.435.000 espectadores, lo que supone una caída de 9,8 puntos y 1.388.000 seguidores con respecto a su primera visita al programa, ocurrida a finales de 2015, que marcó récord histórico.
Tras su baja por paternidad, Pablo Iglesias regresó al ruedo mediático en laSexta noche y, pese a incrementar los datos habituales del espacio, la entrevista al líder de Podemos se conformó con un 8,7% de share y 977.000 televidentes. Su encuentro con el presentador de Informativos Telecinco 21:00 horas tampoco interesó excesivamente a la audiencia, ya que cosechó un 13,2% de cuota y 2.271.000 espectadores, una cifra muy discreta frente al 22,2% de share y 4.269.000 fieles que logró la entrevista realizada por Piqueras el 23 de febrero de 2015.
Por su parte, Albert Rivera mejoró ligeramente el resultado que consiguió Iglesias en su visita a Informativos Telecinco. En su entrevista con Pedro Piqueras, el candidato de Ciudadanos interesó al 15,5% de share y 2.572.000 fieles, resarciéndose así de su fallido encuentro con Carlos Franganillo en La 1, que se saldó con un 8% de cuota de pantalla y 1.440.000 seguidores.
Otro de los casos más sangrantes tiene a Pedro Sánchez como protagonista. El líder del PSOE congregó a un 15,2% de share y 2,5 millones de espectadores en su primera entrevista como presidente del Gobierno, que fue emitida por La 1. Ocho meses después, Sánchez regresó a TVE con un resultado muy distinto, ya que solo retuvo al 9,2% de cuota de pantalla y 1.672.000 espectadores, perdiendo 6 puntos y casi un millón de televidentes.
Pablo Casado tampoco ha tenido un debut espectacular como candidato del PP. El líder de la formación popular obtuvo un gris 8,5% de share y 1.585.000 televidentes en su entrevista con Franganillo, demostrando que tampoco levanta excesivas pasiones. Algo mejor le fue en su visita a ‘El objetivo’, ya que el político hizo crecer al espacio de Ana Pastor hasta el 7,7% de cuota y 1.218.000 fieles.
La constante campaña electoral que plantean los partidos con la consiguiente saturación que eso supone para la ciudadanía, la crispación que provoca la política en los últimos tiempos y la caída en el consumo televisivo son los principales factores que explican esta bajada generalizada de audiencias, que se ha acentuado en este período preelectoral.
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