La Cadena SER ha finiquitado la temporada tomándose un respiro. Tras el mal comienzo de año, la emisora de Gran Vía, 32 logró cerrar el curso con una subida de audiencia que permitió a la radio de Prisa aumentar sus distancias con la COPE. Esta tendencia alcista arrastró a casi todos sus programas aunque algunos, como De buenas a primeras, no fueron capaces de subirse a esta ola.
A comienzos de temporada, la SER decidió completar su apuesta por las madrugadas con el lanzamiento de De buenas a primeras, un formato que sirve como enlace entre La vida moderna y Hoy por hoy y cuya conducción corre a cargo de Marina Fernández y Aitor Albizua. El espacio no debutó con buen pie, ya que firmó 71.000 oyentes en la tercera oleada del EGM de 2018.{wbamp-show start}
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Pero todo cambió con el inicio de 2019 ya que, menos de medio año después, De buenas a primeras experimentó una notable subida, pasando a sumar 107.000 adeptos (+51%). Esta subida le valió para arrebatarle el liderato nocturno que venía ejerciendo Poniendo las calles (93.000 fieles), el programa que conduce El Pulpo en COPE.
Pero la alegría le duró poco a De buenas a primeras, que vio como la segunda oleada del EGM de 2019 le otorgaba una bofetada de realidad. El espacio volvió a sus registros anteriores (75.000 oyentes), lo que se tradujo en la pérdida del primer puesto y en la ampliación de la distancia con Poniendo las calles, que ya alcanza los 39.000 adeptos.
Pese a que el programa no ha finalizado el curso de la mejor manera posible, De buenas a primeras despide su primera temporada con gran parte de los deberes hechos, ya que ha logrado consolidarse en la programación de la SER, convirtiéndose en un elemento complementario a El faro y La vida moderna. A partir de septiembre, el formato afrontará su verdadera prueba de fuego: sin la disculpa del debut, el espacio debe ir ganando confianza y audiencia de forma ostensible para poner en verdadero peligro el liderato de El Pulpo.
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