A pocos días de comenzar la nueva temporada radiofónica, Los40 se encuentran ante un panorama inhóspito. En los últimos tiempos, la emisora de Prisa ha visto como, a pesar de conservar a duras penas el liderato entre las radios musicales, su parrilla cada vez acumula más horas de radiofórmula y los programas con verdadera influencia entre la audiencia comienzan a escasear.
El último ejemplo lo ha protagonizado Yu, que se trasladará a Europa FM a partir de septiembre. El espacio que comanda Dani Mateo suponía una conexión importante con el público joven, un target del que no anda especialmente sobrado Los40, además de ser el principal elemento vertebrador de la parrilla de la cadena junto a ¡Anda ya!.
Pero, más allá de la pérdida puntual de un programa, el adiós de Yu pone de relieve uno de los grandes males que asolan a la emisora en los últimos tiempos. Desde 2016, Los40 ha ido renunciando progresivamente a los espacios con personalidad propia para apostar por la radiofórmula, una estrategia que ahorra costes pero que sale cara a la larga, ya que produce desarraigo entre el público.{wbamp-show start}
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En 2019, donde cualquiera tiene al alcance de su mano la canción que quiera al instante, la apuesta por la radiofórmula no parece concordar con los tiempos que corren, especialmente si la emisora es incapaz de estar pegada a la actualidad y opta por temas que le interesan comercialmente sin atender a las inquietudes de la audiencia. Un buen ejemplo de esta situación fue la ausencia de Rosalía de la lista de Los40 durante casi medio año cuando estaba arrasando en todo el mundo con canciones como Malamente o Pienso en tu mirá.
Otro problema al que debe hacer frente Los40 es la falta de estrellas. En los últimos años, la emisora ha visto como profesionales de la talla de Xavi Martínez, Uri Sabat o el propio Dani Mateo han finiquitado su relación con la cadena, que no ha conseguido incorporar a comunicadores que pudiesen ocupar su hueco. Actualmente, las dos únicas estrellas que se mantienen son Dani Moreno, cuyo tirón mediático es bastante limitado, y Tony Aguilar, al que no se le atisba ningún posible sustituto a medio plazo.
La pérdida de influencia es, junto a los problemas financieros, el gran miedo de los medios de comunicación. En un entorno que ha cambiado radicalmente en pocos años, Los40 debe adaptarse a las nuevas necesidades del público para combatir la irrelevancia y sumar nuevos programas y presentadores que brillen con luz propia por encima de radiofórmulas.
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