La investigación judicial acerca de la supuesta violación que ocurrió dentro de la casa de Guadalix de la Sierra durante GH Revolution se ha convertido en uno de los temas más candentes del mes gracias a las nuevas pruebas que demuestran el dudoso proceder con el que actuaron tanto Mediaset como Zeppelin. Tras las diferentes novedades que se han ido conociendo, diferentes empresas han decidido retirar su publicidad de GH VIP como muestra de desacuerdo por lo sucedido.
Compañías como FI Network, Nestlé, Carretilla, MediaMarkt, Adeslas o Postres Reina han optado por seguir esta vía, argumentando que rechazan cualquier tipo de abuso o violencia de género. Este boicot, alimentado desde las redes sociales, podría hacer el peligrar el futuro del reality, como ya ocurrió con La noria. En aquella ocasión, el programa accedió a pagar en torno a 10.000 euros a la madre de El Cuco por una entrevista y acabó siendo cancelado por parte de Mediaset tras una acción similar a la que se sumaron más de una veintena de compañías.
La presión social (y el sentido común) lleva a que ningún directivo quiera ver vinculada su marca a escándalos de estas magnitudes pero cabe destacar que hay una diferencia sustancial entre el caso de La noria y el de GH VIP: en el primero, las empresas reaccionaron de manera rápida mientras que, en el segundo, los anunciantes han tardado dos años en tomar la iniciativa, lo cual puede hacer sospechar acerca de las intenciones reales de estas compañías.
La supuesta agresión sexual sucedió en la madrugada del 3 de noviembre de 2017 y, pese a que la sociedad fue consciente de los hechos poco tiempo después, el programa siguió su curso sin ningún problema. Desde entonces, Telecinco ha emitido tres ediciones más de Gran Hermano (en sus diferentes formatos) y ninguna marca ha hecho ademán de retirar su publicidad pese a que la supuesta violación que llevó a cabo José María López era de dominio público.
¿Qué motivación real ha llevado a las marcas a tomar esta decisión?
De hecho, el vídeo en el que la organización le muestra a Carlota las imágenes en el confesionario fue publicado el 19 de noviembre, seis días antes de que la primera compañía decidiese tomar cartas en el asunto. Todos estos detalles hacen pensar que las empresas están cruzando la fina línea que separa la responsabilidad social que las marcas han de asumir ante un hecho tan grave como el sucedido en GH del postureo y el blanqueamiento a costa de un tema tan delicado.
¿Por qué ninguna marca ha eliminado la publicidad durante este tiempo a pesar de que ya se conocían los hechos? ¿Fue coincidencia que las empresas comenzasen a reaccionar justo el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer? ¿Han convertido algunas empresas una violación en el centro de una campaña publicitaria con la que pretenden mostrar su supuesta conciencia social pese a que la séptima edición de GH VIP lleva dos meses en emisión?
Es obvio que las decisiones que el equipo del espacio tomó, tanto en el momento de los hechos como después, no fueron acertadas y será la justicia la que decida qué grado de responsabilidad tiene cada uno de los implicados. También es entendible que las marcas no quieran anunciarse en un formato con esos antecedentes y que los espectadores decidan organizarse para mostrar su repulsa ante un tema tan grave. Lo que levanta suspicacias son las formas, que van más encaminadas a mejorar la imagen propia que a mostrar un compromiso real, un extremo que se sitúa fuera de toda ética.
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