El despido fulminante de Fernando Garea y el nombramiento de Gabriela Cañas como nueva presidenta de la Agencia EFE ha dejado en una situación comprometida a los trabajadores del medio. El hecho de que se haya puesto en duda la independencia de sus informadores y la existencia de un discurso marcado por el Gobierno ha provocado que la plantilla haya tenido que poner en valor su trabajo.
A través de un comunicado, el Consejo de Redacción de la Agencia EFE ha querido reivindicar que la “independencia, la credibilidad, el rigor y la profesionalidad de los informadores de la Agencia son incuestionables”, asegurando que “estarán siempre garantizados al margen de quién sea la persona que la presida”.
Así mismo han recordado que la Agencia carece de una línea ideológica y que el mandato de la redacción está ceñido a un Estatuto que se limita a garantizar que la información ofrecida sea “veraz, relevante, de calidad y fiable, no sometida a intereses particulares, ya sean de naturaleza política, económica o de cualquier otro tipo”.
No obstante, desde el Consejo de Redacción se han mostrado partidarios de continuar la estela que ya inició Fernando Garea antes de ser destituido. Los representantes de la plantilla se han mostrado partidarios de que se regule la elección de la figura del presidente de la Agencia EFE y no sea designado a propuesta del Gobierno, sino gracias a un amplio acuerdo parlamentario. Desde la vertiente interna de EFE, son partidarios de un cambio legislativo en el que los partidos sumen una mayoría suficiente para promover este cambio.
Además, los trabajadores de la Agencia EFE, a través de su Consejo de Redacción, han querido dar las gracias a la labor de Fernando Garea durante los 19 meses que ha durado su mandato y han transmitido su confianza a la encargada de ocupar su puesto desde pasado lunes. A ella le han pedido la ejecución de un “periodismo independiente, riguroso y de calidad”.
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