En la Tierra a jueves, diciembre 12, 2024

Cadena SER, en una década: así ha puesto en peligro su eterno liderato

20 años no es nada, decía el tango, aunque puede ser que 10 sí. Y si no que se lo digan a la Cadena SER, que a lo largo de la última década ha visto cómo su perpetuo liderato ha comenzado a resquebrajarse (ligeramente) a causa de una serie de malas decisiones aliñadas con una selección de aciertos ajenos. Todo esto ha desembocado en un descenso de medio millón de oyentes y la sensación de que su trono ya no es tan inexpugnable como antaño, especialmente en las franjas más sensibles (mañanas y deportes).

Pero empecemos por el principio. Tras un lustro complicado debido a las salidas de Iñaki Gabilondo y Carlos Llamas, la SER arrancó 2010 con una programación consolidada y prestigiosa llena de profesionales que gozaban del cariño y el respeto del público. Sin embargo, los problemas comenzaron a aflorar en el área de Deportes por culpa de la retransmisión que realizó Carrusel deportivo de la SuperBowl de aquel año, que se convirtió en un espectáculo más grande que el propio partido. La directiva tomó cartas en el asunto y la escalada de tensión llegó a su punto álgido a mediados de mayo, cuando los responsables de la cadena decidieron prohibir a Paco González el paso a sus instalaciones.

Ese movimiento acabó derivando en la marcha a la COPE del grueso de la plantilla que conformaba los Deportes de la SER. La histórica jugada insufló ánimos a la emisora de la Conferencia Episcopal, que en aquellos momentos se encontraba bajo mínimos, y supuso un duro golpe para la SER, que no fue capaz de suplir a los ausentes con eficacia. Además, el varapalo fue aún mayor porque no solo afectó a Carrusel, sino que también tuvo su eco en El larguero, que jamás volvió superar la barrera de los 1,2 millones de oyentes.

Lejos de ese quilombo, Francino cumplía al frente de Hoy por hoy pero sin llegar al brillo alcanzado por Iñaki Gabilondo, Gemma Nierga comandaba La ventana sin mayor problema y Àngels Barceló despuntaba con Hora 25, instalada EGM sí, EGM también por encima de los 1,3 millones de fieles. Pasaron los meses y la directiva de la SER entendió que, para no caer en el tedio ni en el anquilosamiento, necesitaba revolucionar su parrilla aunque sin tomar decisiones drásticas ni excesivamente arriesgadas.

De este modo, la temporada 2012-2013 comenzó con Pepa Bueno y Gemma Nierga al frente del espacio matinal, Carles Francino como responsable de La ventana y Barceló manteniendo su puesto en Hora 25. Los cambios funcionaron y ayudaron a la SER a apuntalar su primer puesto, llegando a rozar los 5 millones de oyentes en el primer EGM postrevolución. Este juego de sillas tuvo un efecto especialmente positivo en las mañanas, que se estabilizaron en torno a los 3 millones de oyentes, mientras que la llegada del comunicador catalán otorgó solidez a la franja vespertina.{wbamp-show start}

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Herrera y el inmovilismo, los dos motivos de su caída de audiencia

Más allá de los síntomas de desgaste que empezaba a mostrar El larguero, la tranquilidad era la tónica dominante en la SER… al menos hasta 2015. Ese año, la COPE puso en marcha un nuevo golpe de efecto con el fichaje de Carlos Herrera, que cambió la dinámica de la emisora al disparar sus mañanas e impulsar indirectamente al resto de franjas. La incorporación del andaluz a la cadena de los obispos erosionó notablemente a su máximo rival, que en aquel momento comenzó una cuesta abajo que acabó poniendo en peligro su sempiterno liderato.

En el caso de Hoy por hoy, que aguantó la embestida como pudo, la directiva de la SER optó por dar entrada a Toni Garrido como relevo de Gemma Nierga en la segunda parte del programa, la cual se centra en el entretenimiento. La decisión, errónea a todas luces, ayudó a Herrera en COPE a acercarse a su contrincante hasta firmar la menor distancia de la historia, una circunstancia que la emisora arregló defenestrando a Bueno y a Garrido y confiándole su suerte matinal a Àngels Barceló. Con la periodista a los mandos de la nave, Hoy por hoy ha logrado tomarse un pequeño respiro, cortando la sangría de oyentes pero sin tomar distancia de Carlos Herrera, que no ceja en su empeño por destronar a la SER.

Por su parte, La ventana continuó siendo propiedad de Carles Francino, que siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido. Pese a que es un valor seguro y su nombre equivale a credibilidad y calidad, el periodista lleva varios años lejos por debajo del millón de oyentes y mantiene el primer puesto por pura inercia, resistiendo a los arrebatos de renovación que de vez en cuando se dan en la planta noble de la emisora gracias a su buen nombre.

Hora 25, la tercera pata de este banco, tampoco pasa por su mejor momento de forma. Lejos quedan los tiempos en los que el espacio nocturno era uno y trino, doblando en audiencia a todos sus rivales; a lo largo de la segunda mitad de la pasada década, el formato se vio envuelto en una debacle que le hizo perder una cuarta parte de su audiencia. La llegada de Pepa Bueno en septiembre del pasado año permitió al programa recuperar el millón de oyentes aunque sin grandes euforias, por lo que habrá que esperar unos meses más para comprobar si la comunicadora es el revulsivo que necesitaba la franja.

En cuanto a los deportes, Carrusel encadena pírricas victorias en el EGM ante Tiempo de juego, que ha conseguido tomar la delantera en el terreno digital. El larguero, mientras tanto, cedió por primera vez en 25 años el liderato a finales del pasado año y, aunque logró recuperarlo unos meses después, el desgaste es más que evidente y el sorpasso definitivo por parte de Juanma Castaño y El partidazo es cuestión de tiempo.

Pese a los cambios decorativos que ha experimentado el estudio principal de Gran Vía, 32, la última década de la SER ha estado impregnada de un dontancredismo que ha estancado a la emisora. Durante estos 10 años, la cadena ha considerado que la solución a todos sus males era turnar a sus tres presentadores estrella, una estrategia inmovilista que le ha hecho perder tirón entre la audiencia. La SER necesita una revolución, bien a base de confiar en gente de la casa (Aimar Bretos, Pedro Blanco), bien con fichajes que supongan un golpe de efecto que le haga posicionarse de nuevo como el referente radiofónico absoluto.

Seguiremos Informando…

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