Se cumple estos días el aniversario del nombramiento de Juan Antonio Guerrero, SJ, como se decía antes, como prefecto de la Secretaría para la Economía del Vaticano. Una designación de calado, ya que Guerrero es responsable de controlar los dineros del Estado pontificio.
La designación de Guerrero, como recuerdan hoy día algunos por la Conferencia Episcopal, fue un mazazo para las aspiraciones de Fernando Giménez Barriocanal, tal y como señalan. Y es que el presidente de COPE, hombre fuerte de los fondos económicos de la Iglesia española, parece ser que soñaba con alcanzar el máximo puesto al que alguien como él podía aspirar: hacer en el Vaticano lo mismo que hace en la Conferencia Episcopal.
Según esas fuentes, Barriocanal, profesor del Departamento de Contabilidad de la Facultad de Económicas de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), habría barajado la posibilidad de optar a dicho puesto utilizando su predicamento en la gestión de las finanzas de la Iglesia española.
En ese sentido, en Añastro no faltan quienes creyeron percibir en el envío de Paloma García Ovejero, periodista de COPE, como corresponsal a Roma y Vaticano como un movimiento para ejercer ‘lobby’ al respecto.
Lo cierto es que García Ovejero consiguió situarse en un plazo breve en un puesto clave de la Administración vaticana como vicedirectora de la Sala de Prensa.
Sin embargo, aquello capotó cuando su jefe, Greg Burke, y ella misma presentaron la renuncia a finales de 2018.
Hoy en día García Ovejero ejerce una corresponsalía de COPE y 13TV en Londres y Barriocanal se mantiene como el ‘hombre fuerte’ de la Conferencia Episcopal y la COPE.
