Los asesores de imagen de Pablo Iglesias Turrión ya no saben qué decirle ni contarle. La paranoia le acompaña, desde que en su barrio, Vallecas y los otros cercanos, le mandaron a su nuevo barrio, Galapagar a convencer a los Cayetanos de allí, y del barrio de Salamanca, que los obreros votan a quien les defiende, y que él, su pareja, el de la silla y los cercanos están maldecidos por los mismos que les auparon, con la ayuda de Sánchez, al consejo de ministros.
El Cayetano de Galapagar se enfrenta a que dentro de dos meses se quedará sin los miles de guardias civiles que le defendían y apartaban de la realidad de un pueblo, al que ha vacilado, habiéndose hecho rico, habiendo hundido la economía, olvidando a nuestros ancianos, vendiendo humo, y recibiendo a los asesinos de Venezuela, como si de libertadores se tratase.
Le veremos en breve con levita y corbata de calcetín, y seguro que le fichan para una consultora de nivel, Maribel…
Hoy, Pablo Iglesias o Cayetano de Galapagar se enfrenta a la tristeza e incomprensión. En Galapagar no le pueden ni ver, en Vallecas, tampoco… Y, ¿dónde le pueden ver?
Seguiremos Informando…