La Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) ha presentado los últimos datos del Registro COVID-19. Dichos datos se extraen del estudio de los pacientes críticos ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), a partir de la segunda ola de la pandemia.
Este Registro COVID-19 analiza las características epidemiológicas de los pacientes COVID-19 en 97 UCI de España, diferenciando la primera ola de las restantes. Se han tomado en consideración un total de 1.113 casos, que se comparan con los 2.688 que se registraron durante la fase inicial de la pandemia.
Nuevo perfil de paciente en UCI
El nuevo perfil de paciente es en su mayoría varón (71,1%), con una media de edad de 62 años (la mediana oscila entre los 53 y los 71) y una estancia media en UCI de 13 días. Si hablamos de la edad de los pacientes críticos, el Registro determina un aumento significativo del porcentaje de pacientes de entre 31 y 50 años. Este dato contrasta con el descenso de los pacientes de más de 50 años, que llegaron a ser un tercio del total y ahora representan el 29,6%. Por otro lado, los pacientes de menos de 50 años han pasado de ser el 15,3% de los ingresados al 19,4% y se mantiene estable el de los mayores de 71 años.
La mortalidad apenas ha sufrido variaciones. En la primera ola se encontraba en torno al 30,8% de los pacientes ingresados en UCI y ahora se sitúa en el 30%. Según los expertos de la SEMICYUC, “la causa de que la mortalidad se mantenga en cifras parecidas a la primera ola es que la gravedad de la enfermedad se mantiene estable en lo que respecta a los pacientes críticos”.
Sin embargo, si existen diferencias al analizar la mortalidad por rangos de edad. Sobre todo en mayores de 80 años, que baja casi un 20% como consecuencia de haber sido los primeros en vacunarse. También desciende en los mayores de 60 y menores de 40 años. No obstante, el porcentaje de fallecimientos crece ligeramente en el tramo de pacientes entre los 41 y los 60 años.
Análisis de las comorbilidades
El Registro COVID-19 también ha analizado las comorbilidades que presentaban al ingreso los pacientes críticos con COVID-19. Según sus datos, ha crecido significativamente el número de pacientes que presentaban hipertensión arterial (del 44,2 al 48,1%), obesidad (del 32,2 al 41,5%) y diabetes (del 20,7 al 25,9%). El asma o la cardiopatía isquémica se mantienen estables en torno al 6%.
En cuanto a las características del soporte respiratorio, destaca el porcentaje de pacientes críticos que ha necesitado oxigenación de alto flujo, que ha pasado del 17,6% en la primera ola al 50,9% en las posteriores. De forma contraria, ha descendido el de los que han necesitado ventilación mecánica invasiva, que se ha reducido del 78,6 al 68,6%.
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