La crisis política en Argentina es cada vez más notoria; la coalición peronista que dirige el país gaucho, vive su peor momento desde 2019. El presidente de la nación Alberto Fernández, llamó a la unidad. Por otro lado, su poderosa vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, respondió con una carta muy crítica en la que pidió cambios e invitó al mandatario a “honrar la voluntad del pueblo argentino“.
En las primarias realizadas recientemente, el partido Frente de Todos sufrió una irrevocable derrota a nivel nacional cayendo en 17 de 24 distritos. Además hizo la peor elección de la historia del peronismo unido en Buenos Aires.
De repetirse los resultados el próximo mes de noviembre, el partido oficial podría perder bancas en el parlamento. También el quórum en el Senado, históricamente controlado por el PJ.
Este fracaso en las urnas de votación, puede explicarse por la grave situación económica. Además por las consecuencias de la gestión de la pandemia de covid19. Lo que fue el detonante de una crisis política en la coalición gobernante.
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN ARGENTINA
En Argentina los principales medios de comunicación se encuentran en las manos de unas pocas empresas. Las mismas son las que determinan lo que miran, leen y escuchan la gran mayoría de los 44 millones de argentinos. Los cuatro conglomerados más grandes concentran casi la mitad de la audiencia nacional en todos los soportes, y el 25% de toda esa audiencia está en manos del Grupo Clarín.
La actual crisis económica y la ausencia de políticas por parte del Estado para atenuar sus efectos mezclado con una legislación que favorece a los grandes grupos mediáticos, asfixia económicamente el periodismo crítico. Además limita el derecho de los argentinos a tener acceso a voces plurales.
Las crisis, naturalmente, generan incertidumbre. Es por ello que una buena comunicación gubernamental debe aportar certidumbre. Con ella proporcionar las herramientas para disminuir el riesgo y aumentar la capacidad de control. De lo contrario, una mala estrategia comunicacional puede empeorar aún más la situación.
RENUNCIA INMINENTE…
La política y la comunicación son indivisibles. A pesar de ello, cuando la política fracasa, la comunicación suele ser la primera señalada. Esto fue lo que ocurrió cuando el primero en poner su cargo a la orden, fue el Secretario de Prensa y Comunicación, Francisco Meritello. No el responsable del despacho de economía.
Meritello presentó su dimisión en forma indeclinable en una carta dirigida al presidente argentino Alberto Fernández. En dicha comunicación destacó los ejes de su gestión. La misma estuvo enfocada en la reconstrucción de los medios públicos. Además del “enorme desafío” de la comunicación en pandemia. También de los incentivos a la industria de contenidos, entre otros puntos.
“Por la presente, hago llegar a Ud. mi renuncia indeclinable al cargo de Secretario de Medios y Comunicación Pública de la Nación, con el que fui honrado desde el 10 de diciembre 2019“
Para cerrar su carta, Maritello, pidió que “Dios ilumine al presidente para encontrar el camino transformador de la vida de todas y todos los argentinos” . Además destacó poder “formar parte de un proyecto superador de reconstrucción del país” . Eso en tanto que marcó que “esa idea es la que hoy está en crisis”.
¿QUÉ PASÓ DESPUÉS?
Actualmente la nueva secretaria de Medios y Comunicación Pública de la Nación es Valeria Zapesochny. La comunicadora trabajó junto a Maritello en el departamento de vínculos con medios del interior.
Finalmente, volviendo a la crisis argentina, con los cambios en el gabinete ejecutivo las instituciones se mostraron fuertes. Además la política logró detener el avance de una crisis autogenerada.
Los cambios brindaron al Ejecutivo la posibilidad de retomar la iniciativa comunicacional de cara al movimiento electoral del mes de noviembre.
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