El 24 de noviembre del año 2016 Colombia firmó el acuerdo de Paz entre el gobierno y las FARC. A partir de esa fecha la historia de esa nación ha cambiado aunque no tanto como muchos esperan. Sin embargo, la historia de un grupo de ex combatientes de las FARC que cambiaron las armas por su emprendimiento de hongos llamado “Orellanas de Oriente” es una prueba de que la paz si es posible.
El camino hacia Orellanas de Oriente
En el acuerdo de paz, dentro de los puntos negociados estaba garantizar la reincorporación integral de los excombatientes y sus familias a la vida civil. En este proceso, se estableció que aquellos exguerrilleros que desarrollaran proyectos productivos tendrían la posibilidad de acceder a la financiación que otorga el Consejo Nacional de Reincorporación.
De esta forma nació Orellanas de Oriente, una iniciativa de 26 excombatientes de las FARC. La misma está enfocada hacia la producción y comercialización del hongo de las orellanas. Al respecto, Libardo Parra un es exguerrillero de las Farc de 61 años explicó: “si queremos construir el país que anhelamos, debemos aceptar las diferencias. Además entender la coyuntura y momento político en el que nos encontramos. Con nosotros no cuenten para la guerra, cuenten para construir país. Orellanas de Oriente nace mediante un proceso que nos convoca la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), y que, junto con el Sena, nos capacitan en proyectos asociativos. También en expresiones organizacionales. Uno de los 26 compañeros que estábamos recibiendo la formación, conocía de cerca el tema del hongo de las orellanas. Ahí empezamos a investigar y concluimos que podía haber un mercado grande y novedoso“.
Los recursos…
La Agencia para la Reincorporación y la Normalización, lo tenía muy claro, cada excombatiente al que le fuera aprobado el proyecto colectivo tenía derecho a recibir ocho millones de pesos para la financiación de su propuesta. En este caso, el valor desembolsado por el Gobierno fue de 208 millones de pesos. Este monto corresponde al recurso asignado a 26 personas en estado de reincorporación y pertenecientes a la iniciativa.
Parra recuerda: “en el mundo existen más de cinco millones de variedades de hongos, algunos venenosos y tóxicos, otros son medicinales y están los comestibles que sirven para la gastronomía. Encontramos que, a través de las orellanas, en Europa y Medio Oriente se estaba implementando este tipo hongo con fuerza. Además que lo pagaban muy bien. Vimos una oportunidad de negocio y la posibilidad de articularnos a la economía. Este proyecto lo avalamos por medio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Ellos nos hicieron acompañamiento y, a través de recursos internacionales, nos dieron un dinero adicional a la iniciativa. Gracias a ellos, entre otras cosas, pudimos dar orden y dirección a nuestro emprendimiento“.
La sede
A 45 minutos de Bogotá en el municipio de Tocancipá funciona invernadero y el laboratorio en el que trabajan los integrantes del proyecto. “Tenemos una propuesta ambiciosa. Más allá de comercializar los productos que salen por medio de este hongo, nos propusimos transformarlos, darles valor agregado. Lo que hicimos fue montar un laboratorio y trabajar con setas de alta calidad y genética importadas desde Estados Unidos y México. Con ese material, empezamos a producir acá lo que es el micelio, que es como la semilla de las orellanas“.
Los productos de Orellanas de Oriente
Hasta la fecha en Orellanas de Oriente producen cinco productos:
- antipasto,
- escabeche,
- salsa orellanesa,
- almíbar de orellana
- y encurtido de orellana.
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