La World Association of News Publishers WAN IFRA, realizó un conversatorio donde analizó las estrategias de evolución desde la edición impresa hacia lo digital. En la misma analizó el caso de la editorial chilena Copesa , con la conferencia titulada Reducir el papel: aprendizajes de dos pioneros que apostaron de lleno por el digital.
Este encuentro contó con la participación de Alejandro Trujillo, director de Audiencias y Estrategia Digital de Copesa de Chile; y Ewandro Schenkel, director de Gazeta do Povo, de Brasil. La moderación estuvo a cargo de Andiara Petterle, consultora experta en transformación digital.
Alejandro Trujillo explicó cómo se planteó el cambio. El mismo que se plasmó en la histórica portada “El periodismo ya no cabe en papel”. En la que se comunicó a los lectores cuál era la hoja de ruta del periódico desde ese momento. Además que pasaba por una profunda digitalización.
El periódico La Tercera, uno de los medios que edita Copesa, había logrado históricamente un posicionamiento importante dentro de la sociedad chilena, a partir de los contenidos políticos. Era el número dos en circulación detrás de El Mercurio, y el 80% de los ingresos estaban asociados a la publicidad de la edición impresa.
Trujillo expresó: “queríamos pensar más en las audiencias, pensar en la vida de las personas, y la vida de las personas había cambiado mucho en Chile en los últimos diez años. Hay contenidos que antes no importaban tanto y ahora están muy presentes. Sin embargo, también la rutina de las personas era incompatible con la idea de empaquetar los contenidos. Además imprimirlos y llevarlos a la casa de las personas. La vida de las personas no genera espacios para consumir un producto como el producto impreso“.
Análisis
El vínculo que las personas habían desarrollado con cabeceras de Copesa como La Tercera, tenía que ver también con un rito, con abrir el periódico y ver noticias. Para fortalecer ese vínculo, la portada se reemplazó por tres ediciones diarias, aparte de las noticias que van saliendo continuamente.
El proyecto desembocó pronto en tres ediciones diarias y tres newsletter. También se creó una unidad de investigación. “la concepción en Chile es que en el digital no había cosas relevantes, que lo importante estaba en la edición impresa. La pandemia ayudó al cambio, pero además se hizo un trabajo de creación de productos de valor, como esa unidad de investigación, así como productos interactivos y sitios especiales”, expresó Trujilo.
Copesa de lo impreso a lo digital
Aunque el proyecto tenía como fecha objetivo cesar la edición impresa a finales de 2022, la pandemia y los buenos resultados de la apuesta por el digital aceleraron el proceso. La publicidad de la edición impresa se desplomó, por un lado, pero por otro se llegaba a cifras históricas de audiencia digital. Ello en un contexto en el que el periodismo se revalorizaba. Por estas y otras razones, “tomamos la decisión de anticipar la salida del impreso”.
Ahora, el nuevo modelo funciona con los productos digitales durante la semana, y el papel sigue el fin de semana. “El fin de semana hay más tiempo, y creamos dos nuevos periódicos, porque había que repensar también el modelo. Son dos semanarios que más que informar quieren generar una experiencia”, señaló Trujillo.
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