El nombre de Luis Arroyo tiene a toda la Real Federación Española de Fútbol en ascuas, después de que Onda Cero desvelase su contratación por parte de Luis Rubiales como asesor de comunicación. Un fichaje que, según parece, tendría como objetivo recomponer la política de medios e imagen que ha desarrollado Rubiales y que sólo puede ser definida como una locura sin pies ni cabeza.
A nadie se le ha olvidado el ‘papelón’ de Rubiales en aquella rueda de prensa en que, desencajado y nervioso, sólo pregonaba lamentos y prolongaba un encuentro inútil en que iba ahogándose en su propio lodazal.
La contratación de Arroyo es una de esas noticias del sector que dejan al personal boquiabierto. “Es como querer dar bronceador a un achicharrado”, señalan fuentes del ámbito de la comunicación. Porque lo cierto es que el goteo de informaciones que dejan a Rubiales a los pies de los caballos es el rayo que no cesa.
Miembro del clan ‘cubanino’
Arroyo, que preside el Ateneo de Madrid, debe parte de su éxito a sus vinculaciones con el padrino del clan ‘cubanino’, Miguel Barroso, y su apéndice José Miguel Contreras, que le ha dado cabida durante mucho tiempo en su digital ‘Infolibre’.
El flamante asesor de Rubiales creció a la sombra de Barroso en La Moncloa zapaterista y se mantuvo con Carme Chacón -entonces esposa del propio Barroso- y con María Teresa Fernández de la Vega. Pero sus vinculaciones socialistas, siempre al caballo señalado por Barroso, no quedan ahí. Y es que Arroyo no suele pregonar su papel -hasta cierto punto, discutido por lo que algunos consideran importantes errores- como asesor de aquel Pedro Sánchez de 2016.
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