El nivel de polarización en España ha crecido un 35% en los últimos cinco años (40% en Iberoamérica) y cada vez más personas están expuestas a este fenómeno global, una de las grandes amenazas de este siglo. Desde la llegada de la pandemia, el nivel de involucramiento o engagement en conversaciones que generan división crece a niveles del 19% al año en nuestro país. Además, la polarización afecta ya a 1 de cada 4 personas en el mundo y para 2040 se prevé que sea a 2 de cada 4.
Estas son algunas conclusiones del estudio realizado por LLYC y Más Democracia, titulado ‘The Hidden Drug. Un estudio sobre el poder adictivo de la polarización del debate público’. Utilizando técnicas de Big Data e Inteligencia Artificial, el informe ha analizado la conversación, más de 600 millones de mensajes en redes sociales recogidos entre septiembre de 2017 y agosto de 2022 en España, Portugal, Estados Unidos, Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, México, Panamá, Perú y República Dominicana.
Ante este problema, LLYC y Más Democracia han desarrollado una campaña en colaboración con neurocientíficos, sociólogos, psicólogos y expertos en data. La iniciativa plantea una reflexión incómoda: compara la polarización con una droga común.
Un fenómeno adictivo
El estudio y la campaña advierten de que este fenómeno puede ser adictivo y provocar en el organismo -como algunas drogas- la activación de sustancias como dopamina o endorfinas, que a su vez activan los receptores opioides. Esto se traduce en síntomas como la pérdida de control, la absorción a nivel mental o la alteración grave del funcionamiento diario de la persona.
Este efecto de contacto con la polarización provoca que, del mismo modo que la toma de decisiones bajo las drogas no sea la idónea, tampoco lo sea bajo los efectos de la polarización.
Producida en colaboración con Petra Garmon, la campaña recoge, entre otros contenidos, el proceso de creación del THD (The hidden drug), esa “droga” que consumimos sin darnos cuenta al interactuar con contenidos polarizantes, y una impactante serie de pieza explicativas con expertos como Mariano Sigman o Cristina Monge, desarrolladas por los equipos creativos de LLYC.
“Estamos lanzando esta campaña global porque nos preocupa mucho la normalización de este fenómeno. Nuestro propósito como compañía es generar confianza entre personas, instituciones, empresas y marcas, y la polarización genera el efecto contrario. Esta polarización impide encontrar consensos y puntos de encuentro entre las personas. Por eso tenemos la responsabilidad de crear esos espacios de conciliación, relajamiento y pausa para encontrar un camino de salida a esta situación”, señala Antonio Llorente, Socio fundador y Presidente de LLYC.
Para Mariano Sigman, neurocientífico y autor de El poder de las palabras, “es difícil medir el riesgo exacto de una adicción; en algunos casos es bien conocido pero en otros, como la polarización, no. Las grandes tragedias humanas y las matanzas resultan de momentos de incomprensión, de la exacerbación de este mecanismo mediante el cual un grupo no puede entender las ideas del otro. Ese no comprender hace que lo odie hasta tal extremo que decide que la única forma de resolverlo es matándolos a todos en una guerra. Este puede ser el verdadero riesgo de una droga como la polarización”.
Cristina Monge, Presidenta de Más Democracia: “Una democracia de calidad exige tener un espacio público seguro de deliberación. En la medida en que la polarización en los círculos políticos y mediáticos lo impide, están comprometiendo la calidad de las democracias hasta puntos que aún no podemos precisar”.
Los territorios más polarizados
La inmigración es el territorio que más controversia genera en España: es uno de los que más polariza entre los territorios que tienen un volumen de conversación elevado.bGenera un 93% más de conversación polarizada que la media de conversación analizada.
Feminismo lidera por volumen de conversación (supone un 22% de la conversación analizada) pero manifiesta un menor nivel de polarización (un 24,7% menos que la media).
Por su parte, sindicatos es el tercer territorio en el ranking, si bien el último año su protagonismo ha sido mayor por cuestiones coyunturales como la reforma laboral.
Cambio climático es el cuarto elemento (12,22%) aunque su nivel de polarización es algo menor (-3,31% que la media.
Curiosamente, aunque el aborto genera un volumen de conversación algo menor que en los grandes temas (7,71%) genera un nivel de polarización muy alto, ya que tiene un 16,5% sobre la media, lo que le sitúa como el territorio más polarizado.
Evolución de la polarización
Cambio climático experimenta 4,1 veces más conversación polarizada que hace 5 años, mientras que inmigración lo hace 1,6 veces más. Son los territorios que más se han polarizado en España en los últimos 5 años. Aborto crece también en polarización (2,2 veces más), fundamentalmente motivado por cambios legislativos a lo largo de 2022.
Por su parte, libertad de expresión ha disminuido su nivel de polarización considerablemente (en un -36%), y también derechos humanos (-28%). Son los que mayor descenso en la polarización han experimentado.
Progresistas y conservadores
En el total de Iberoamérica, frente a un dominio aplastante de la conversación por el sector que “progresista” en la mayoría del tramo analizado, en el último año se registra una eclosión de la parte “conservadora” hasta llegar a hacer desaparecer el gap por completo, con especial predominancia del caso de España o de Brasil. Lo contrario ocurre en USA, donde las voces progresistas siguen aumentando su distancia con las conservadoras.
En España el balance de voces conservadoras vs. progresistas ha alcanzado el equilibrio durante 2022. En 2017 las voces progresistas dominaban los territorios de máxima polarización con un protagonismo de más del triple (3,6 veces más). Coincidiendo con el desarrollo de la estructura del partido de Vox, comienza un crecimiento del volumen de conversación de las voces conservadoras (eliminan un gap del 57%).
Seguiremos comunicando…