Según el Sindicato de Periodistas de la capital de Brasil, Brasilia hasta el momento ya son más de una decena los periodistas y trabajadores de la prensa que han resultado agredidos en el asalto al Congreso Nacional. También del Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo en Brasil.
Entre los periodistas agredidos destaca una fotógrafa del medio digital Metrópoles. La misma resultó agredida a puñetazos y patadas por diez hombres, que le robaron las cámaras. De igual modo, un reportero de la Agencia France Presse enfrentó agresiones y la sustracción de su equipo de trabajo.
De igual modo, una periodista de la revista New Yorker recibió varios golpes quedando prácticamente inconsciente. Otros profesionales, del diario O Tempo y de la televisión Jovem Pam, resultaron arrollados y recibieron amenazas con armas de fuego.
El periodista y corresponsal de EFE en Brasil informó que fue obligado por un grupo enardecido, a borrar las instantáneas captadas.
El asalto
Vestidas de verde y amarillo, los colores de la bandera de esa nación, cerca de cuatro mil personas salieron de diversos campamentos y llegaron a Brasilia para invadir los edificios de los poderes federales. Ante los hechos, Lula decretó intervención en el Distrito Federal (DF).
Los radicales, no reconocen el resultado de las pasadas elecciones presidenciales y exigen una intervención militar para derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El ministro de Justicia, Flavio Dino, calificó de terrorismo y golpismo los actos de manifestantes. El político expresó: “Eso es terrorismo, es golpismo. Estamos seguros de que la inmensa mayoría de la población no quiere la implementación de esas tinieblas”.
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