En la Tierra a viernes, 29 marzo, 2024

¿QUÉ HAY DE CIERTO EN LA FRASE “NO ES LO QUE SE DICE SINO CÓMO SE DICE”?

Carlos Campaña (Vokalo): “Si pierdes la atención de tu público, sin importar si eres cantante, periodista o político, van a dejar de escuchar lo que dices”

DESDE PRNOTICIAS.COM HEMOS ENTREVISTADO AL VOCAL COACH Y COFUNDADOR DE VOKALO, RESPONSABLE DE EDUCAR A MUCHAS DE LAS VOCES DE CANTANTES, PERIODISTAS Y ACTORES ESPAÑOLES

“Si quieres llevarte a alguien a tu terreno y quieres hacerlo con autoridad, si eres profesor, por ejemplo, no se puede oír miedo ni indecisión en tu voz, titubeos, bajar el volumen cuando pides lo que quieres, coletillas finales en las frases… Hace falta coherencia”

Comunicar con la voz no es tan sencillo como abrir la boca y decir lo que tenemos en la mente. Comunicar con la voz es un arte que debemos dominar si verdaderamente queremos llegar a nuestro público, más ahora en la era de las redes sociales y los podcast. Pero, ¿cómo podemos hacerlo de manera efectiva? ¿Qué debemos hacer para emocionar a nuestra audiencia?

Desde PRNoticias.com nos hemos dado a la tarea de buscar a un experto. Así, hemos entrevistado a Carlos Campaña, vocal coach y cofundador de Vokalo, responsable de educar a muchas de las voces de cantantes, periodistas y actores españoles… ¿Qué hay de cierto en la frase “No es lo que se dice sino cómo se dice”? Carlos nos lo explica:

–¿Cuál es la clave para comunicar de manera efectiva con la voz?

-El trabajo a realizar consiste principalmente en dos pasos. El primero de ellos es dejar de utilizar músculos innecesarios para producir la voz. Nuestro aparato fonador comparte espacio en nuestro cuerpo con otras funciones, como masticar y tragar. Hay músculos dedicados a estos trabajos alternativos que están extremadamente cerca de los músculos encargados de producir la voz. Es muy fácil que el cerebro se haga un lío y active los músculos de tragar cuando hablamos, por ejemplo. Es como cuando alguien levanta pesas y se ayuda de los músculos de la espalda o del cuello. Al final acaba con dolores sin haber trabajado la zona que quería trabajar. El segundo paso es utilizar los músculos correctos de la forma más eficiente posible. Los músculos de la voz se pueden sobreutilizar, igual que cualquier otro músculo del cuerpo. En el caso de la voz, es especialmente fácil llegar a esa sobreutilización.

– ¿Qué tan fácil o difícil es conseguirlo?

-El trabajo a realizar para conseguir esto dista mucho del que se haría en un gimnasio. En su lugar, tiene más similitudes con la precisión muscular de un cirujano. Los músculos vocales son realmente pequeños, y un ligero cambio en su comportamiento implica un gran cambio en el resultado que obtenemos. Por eso hay que trabajar en ganar esa precisión y no pensar en hacer grandes cambios ni esfuerzos. Como siempre decimos, cantar tiene que ser fácil, y hablar también. Tanto para eliminar la actividad de los músculos innecesarios como para mejorar la eficiencia de los necesarios, es importante enfocar un entrenamiento vocal cantado (aunque lo que queramos sea mejorar nuestra voz hablada). Esto es así porque hay ciertas notas de nuestro rango vocal en la que todos estos problemas se hacen mucho más evidentes. Esto permite que la persona que necesite ese reajuste pueda percibir mejor esos problemas y también sentir mejor las soluciones que se van aplicando.

– ¿Qué diferencia hay entre comunicar con la voz para radio, televisión, podcast y en público?

-Técnicamente no hay ninguna diferencia. La voz siempre es la misma, y siempre buscamos el mismo objetivo: conseguir la mayor eficiencia de la voz con el menor esfuerzo. Esa es la única forma de evitar perder la voz y de que no perdamos cualidades vocales (presencia, volumen, etc.). En el caso de hablar en público, también es importante que el comunicador pueda escucharse a sí mismo mientras habla, sin que el ruido ambiente le impida hacerlo. El uso de un micrófono suele ser buena idea para estos casos. Si no se puede escuchar mientras habla, tenderá a levantar el volumen más de lo necesario de forma inconsciente, y eso hará que fuerce la voz. Dejando de lado el aspecto técnico, sí que cambia un poco la forma de comunicar en estos distintos ámbitos, ya que sin un refuerzo visual como el que se puede tener en televisión, hay que tratar de enfatizar un poco más algunas partes, sin llegar a exagerar demasiado.

– En España, ¿qué personaje comunica muy bien con la voz y quién podría mejorar?

-Con este tipo de preguntas siempre me viene a la cabeza Constantino Romero. Tenía una voz muy bonita, y sabía utilizarla muy bien en muchos contextos. Un ejemplo de alguien que podría mejorar un aspecto vocal importante es la gran dobladora Mercedes Cepeda, voz de Meredith Grey en Anatomía de Grey, por ejemplo. A lo largo de los años siempre que la he oído me ha parecido que hace un trabajo excelente, con una pequeña excepción: cuando tiene que gritar. Se puede oír como sus cuerdas vocales no se juntan correctamente, lo que hace que se pueda oír una voz airosa y sin potencia.

– ¿Qué debemos hacer para emocionar con nuestra voz?

-Cantando es más fácil porque hay cosas que no se pueden hacer al hablar: sostener notas largas, cantar a un volumen muy fuerte y de repente bajarlo de golpe (o viceversa), añadir vibrato… Se pueden expresar muchísimas más emociones con el canto que con el habla. Es muchísimo más estimulante para el oído humano, además. Si vemos en qué situaciones cantan los personajes de una obra de teatro musical está claro: están hablando y empiezan a cantar cuando lo que quieren expresar ya no se puede hacer únicamente hablando. Emocionar al hablar es más difícil, aunque se puede conseguir jugando con la cadencia de las palabras, haciendo más inflexiones en el tono de lo que se haría normalmente en una conversación habitual, etc., pero, sobre todo, depende del contexto: no es igual emocionar a un niño pequeño al contarle una historia que emocionar a un adulto al contarle lo que va a hacer en las vacaciones que le han tocado en un sorteo.

– Hay buenos portavoces que tienen un tono de voz desagradable, ¿se puede mejorar el tono de la voz o es más fácil cambiar de oficio?

-Sí se puede, aunque muchas personas me han llamado mentiroso por expresar esta idea. El problema no es que no se pueda, es que la mayoría de la gente no sabe cómo. Para empezar, hay que saber cómo funciona la voz, cómo y cuánto contribuye cada parte del aparato fonador al sonido resultante. Es un tema muy extenso, pero hay un ejercicio muy ilustrativo que te hace experimentar inmediatamente el rol de la laringe en la producción de la voz. Lo primero es buscarse la nuez con el dedo índice. Justo ahí dentro, en ese punto, están tus cuerdas vocales. El próximo paso es decir cualquier tontería con una voz de ‘pitufo’ o de alguien que ha respirado helio. Si lo haces bien, podrás sentir con tu propio dedo que la nuez está subiendo. Eso es porque estamos potenciando las frecuencias (armónicos) agudas de nuestro timbre fundamental de voz, y lo conseguimos subiendo la laringe para que el espacio de resonancia sea más pequeño. El último paso es hacer lo contrario. Tenemos que decir otra tontería, cuanto más estúpida, mejor nos lo pasaremos, pero esta vez poniendo una voz de un personaje de dibujos animados un poco tonto, o como si habláramos al mismo tiempo que bostezamos. Si lo haces bien, esta vez sentirás que tu laringe va hacia abajo. Parecerá que estás hablando más grave a pesar de hablar en las mismas notas, ya que al bajar la laringe creamos una cámara de resonancia más grande, en donde se potencian las frecuencias graves. Solo con esto ya podemos mejorar lo que conocemos vulgarmente como “voz de pito”, ya que suele ser alguien que habla o canta con la laringe muy alta, eliminando las frecuencias graves de su voz. Al final, si calibras cada uno de los factores que influyen al sonido de la voz, puedes llegar a construir un timbre muy bonito, y de regalo te costará menos hablar y cantar, ya que todo se reduce a relajar unos músculos y usar bien otros.

– Los nervios… ¿Qué podemos hacer para evitar que no nos jueguen una mala pasada cuando vamos a utilizar la voz en público?

-La preparación es la mejor herramienta contra los nervios. No presentarías un trabajo de final de carrera sin prepararlo antes, ¿verdad? Si lo tienes bien preparado, tendrás nervios (o no), pero no jugarán un papel decisivo en tu presentación, porque ya sabes lo que tienes que hacer. Con preparación me refiero a preparación técnica (entrenamiento vocal) para que la voz no falle, y preparación del contenido, para no dejar nada al azar. Si se trata de un concierto, tener muy claro el orden de las canciones, saberse la letra al 100 % y tener muy claras todas las melodías. Es decir, haber ensayado el concierto, como mínimo, decenas de veces. Si se trata de una presentación, saber perfectamente qué quieres decir y cómo lo vas a decir, anticipar algunas preguntas que crees que te pueden hacer, especialmente preguntas elaboradas, para poder preparar unas respuestas de calidad y no improvisar una mala respuesta. Ojo, trucos como beberse un chupito de whisky antes de cantar o fumarse un cigarrito no son buenos para la voz. Y luego tenemos los rituales, que atacan al aspecto psicológico. Por ejemplo, hace años trabajamos con un cantante que se ponía muy muy nervioso cuando tenía que hacer un concierto. Siempre le habían dicho que cantaba fatal. Con trabajo conseguimos que cantara bastante bien, pero ese tipo de comentarios siempre se quedan en la mente. El caso es que su ritual era salir a correr antes del concierto para quitarse los nervios.

–¿De qué manera, entonces, puede afectar el estrés a la voz?

-De nuevo, tiene dos afecciones: la física y la psicológica. La psicológica es bastante evidente: si estás en estado de alerta, que es básicamente lo que es el estrés, tus sentidos y tu razonamiento se distorsionan. Tomas decisiones de forma reactiva, no proactiva. Físicamente, el cuerpo se pone tenso, y una de las primeras zonas que se tensan es la laringe y el cuello. Para entenderlo, no hay más que recordar aquella ocasión en la que, de pequeños, perdimos nuestro peluche favorito, se fue volando aquel globo que nos compraron nuestros padres, o se nos cayó al suelo uno de nuestros primeros helados. Situaciones realmente estresantes para un niño, sin duda, aunque lo del helado a mí también me estresaría. Esa sensación punzante en el cuello, cuando estás a punto de llorar pero aún no estás llorando… eso es lo que provoca el estrés en la laringe. Al tensar tanto esa zona, las cuerdas vocales no pueden vibrar libremente ni hacer ajustes musculares necesarios en cada momento, y son más propensas a hacer gallos o a que salga alguna que otra nota (o palabra) afónica, sin sonido.

– Comunicación política… ¿Cuál es la clave de un buen discurso en cuanto al uso de la voz?

-No mentir es un buen comienzo, pero como los sueños, sueños son, hablemos, pues, desde el punto de vista de que dar un buen discurso es una habilidad más. Como habilidad, no es diferente a la de un gran cantante. Si ponemos de ejemplo Bohemian Rhapsody, de Queen, tenemos un ejemplo perfecto del que muchos cantantes, y políticos, podrían aprender. Si un cantante siempre canta en el mismo tono, es monótono y no atrae la atención del oyente. Es aburrido, porque no estimula al oído del público. Es como ese profesor de universidad que hacía que te durmieras en sus clases… o que no asistieras. El ruido del futbolín era mucho más estimulante. También hay que saber jugar con las dinámicas, los volúmenes. De nuevo, el oído quiere estímulos, y jugar con la tonalidad de la voz solo es una dimensión. El volumen es otra con la que se puede dar más énfasis a una parte, relajar más otra menos importante, mostrar pasión por tu parte preferida del discurso, etc., todo esto transmite muchísimo, y aunque la gente no necesariamente lo perciba de forma consciente, el inconsciente sí lo procesa. Porque al final, se trata de una cosa: la atención. Si pierdes la atención de tu público, sin importar si eres cantante, periodista, político o vendedor de churros, van a dejar de escuchar lo que dices. Da igual el mensaje, da igual lo bueno que seas. No lo van a oír porque se pondrán a pensar en la lista de la compra o en si se han dejado el gas encendido en casa.

–“No es lo que se dice sino cómo se dice”… ¿Dónde queda allí el mensaje entonces? ¿Es más importante la voz ante el mensaje?

-El mensaje es igual de importante. Por una voz muy persuasiva que tengas, el mecánico no te va a tratar mejor si le insultas. La frase “No es lo que se dice, sino cómo se dice” tiene que ver más con la coherencia. No puedes ser un GEO al que le han encargado ser guardaespaldas del presidente, que te venga un loco con los ojos idos de la emoción por pedirle un autógrafo, y tratar de pararle los pies con la voz de oso amoroso. Tienes que utilizar un volumen fuerte y con mucho ataque para sonar autoritario y pararle los pies. Sobre la persuasión, más de lo mismo. Si quieres llevarte a alguien a tu terreno y quieres hacerlo con autoridad, si eres profesor, por ejemplo, no se puede oír miedo ni indecisión en tu voz, titubeos, bajar el volumen cuando pides lo que quieres, coletillas finales en las frases… Hace falta coherencia. El problema está cuando técnicamente tu voz no puede dar todo esto. Ahí es donde hay campo de trabajo para nosotros.

– Aunque estamos en la era de la imagen, hay quienes siguen apostando solo por la voz. ¿Qué deben saber quienes deseen incursionar en este sector?

-Lo primerísimo que hay que saber es que la voz se puede perder. En general, los humanos somos malísimos reconociendo cuándo hacemos mal uso de la voz, principalmente porque tenemos un “tacto” horrible para saber cuándo nos estamos haciendo daño, vocalmente hablando. Un buen entrenamiento vocal debe incluir el desarrollo de esa percepción, de entender las implicaciones de cuando sonamos de esta o de aquella manera. Hay que saber qué estamos tensando, y cómo corregirlo. Esto hay que hacerlo en tiempo real, porque si en la primera canción por ejemplo, ya estás forzando y no lo corriges, acabarás sin voz. En cambio, si tienes esa percepción y tienes herramientas para corregirlo, básicamente estás salvando tu carrera. Esto es perfectamente aplicable a cualquier profesional de la voz, como por ejemplo los locutores de fútbol. No es fácil gritar como lo hacen durante las jugadas tensas o en los goles y no abusar de la voz. Si algún lector está pensando que no pasa nada, porque después de un día se recupera, debería plantearse si eso va a ser así siempre. Aunque la respuesta es no. A medida que envejecemos, la voz también lo hace, y se recupera de manera más lenta, hasta que al final salen las temidas lesiones, como los nódulos vocales. Pero si todo esto se sigue viendo sin importancia, siempre se puede ver desde otro prisma: si tu voz aguanta más que la de tus competidores, tendrás más posibilidades de triunfar en lo que haces. Si eres cantante y siempre estás disponible para hacer conciertos, te llamarán antes que al cantante que cada dos por tres dice que no porque se está recuperando del anterior concierto. Si eres doblador, conferenciante, periodista, presentador… más de lo mismo.

Seguiremos comunicando…

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