Crisis de audiencia, crisis reputacional y ahora también, crisis de contenidos. Sálvame no levanta cabeza y su futuro es hoy más incierto que nunca. El programa de Telecinco vive en un permanente estado de alarma, temeroso de recibir una llamada desde los despachos de Mediaset que les comunique que se acabó su tiempo, que toca decir adiós. Especialmente desde la salida de Paolo Vasile, principal valedor de un formato que acabó dotando al grupo de su particular seña de identidad.
Ahora todo ha cambiado. Borja Prado y Alessandro Salem quieren dejar atrás todo lo que no funciona, y en su intento por reflotar Mediaset parece que no cuentan con Sálvame. La nueva directiva del grupo ha reformado lo que comúnmente se denomina Código Ético, que no es otra cosa que una serie de normas por las que se han de regir todos los espacios de las principales cadenas.
Sin embargo, la nueva normativa de Mediaset parece tener un objetivo claro: borrar la esencia de Sálvame. Así lo sugieren las directrices de los nuevos jefes, entre las que destaca la prohibición de hablar de política. Si por algo se ha caracterizado el programa en los últimos tiempos es por un viraje a la izquierda auspiciado por Jorge Javier Vázquez. Una “estrategia” con la que ha perdido más de lo que ha ganado.
La crisis de audiencia de Sálvame es directamente proporcional a la de Telecinco. Su caída es la caída de la cadena, que coincidiendo con la del programa de La Fábrica de la Tele, perdió el liderazgo a manos de Antena 3. Ahora, meses después del sorpasso, la cadena de Antena 3 es líder indiscutible de las tardes, mientras Sálvame lucha por sobrevivir, cada vez más ahogada por la cadena rival y los caprichos procedentes de los despachos de Fuencarral.
Razones para pensar en su final
Durante los últimos meses han tenido lugar una serie de acontecimientos que hacen pensar en un posible adiós de Sálvame. El más importante, quizás, ha sido la salida de Vasile. La llegada de tres nuevos CEO a Mediaset ha provocado un terremoto en su funcionamiento interno, poniendo en entredicho la continuidad del modelo anterior en pos de una renovación profunda.
Asimismo, la nueva normativa impide a Sálvame seguir funcionando como lo venía haciendo temporadas atrás. Como respuesta a la censura constante a la que se ve sometido, Jorge Javier Vázquez ha decidido desafiar a sus nuevos jefes. Una tendencia a la que se ha sumado Belén Esteban. La colaboradora, consciente o inconscientemente, ha visto en la nueva normativa una amenaza, asegurando que le da “lo mismo” que no se pueda nombrar a ciertos personajes famosos.
Pero la cosa no queda aquí. El que fuera director de Sálvame, Raúl Prieto, ha decidido abandonar Mediaset tras 20 años vinculado al grupo. Aunque actualmente no ejercía labores de dirección en Sálvame, sí fue una de sus caras más representativas, especialmente durante su época dorada. Su salida, para afrontar “nuevos retos profesionales”, esconde la caída en desgracia de una forma muy particular de hacer televisión.
Asimismo, y al margen de esta cuestión, cabe recordar que los directores del formato, David Valldeperas y Óscar Cornejo, fueron imputados en la conocida como Operación Deluxe. De probarse esta posible trama constituida alrededor de una red de espionaje a famosos, la sentencia condenatoria podría dar la estocada final a un programa que vive sus horas más bajas.
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