Televisión Española están contando las horas para que acabe la temporada. A lo largo de los últimos meses, la cadena público ha encadenado fracaso tras fracaso en lo que se refiere a los programas de entretenimiento. El último, Cover Night. El talent musical se despidió la semana pasada con un pobre 6,9% de cuota de pantalla y 592.000 espectadores de media.
Cifras que ponen en evidencia la falta de tirón de un formato que partía como una de las grandes apuestas de TVE, pero que finalmente se ha quedado en un “quiero y no puedo”. Pese a contar con un jurado de altura, con Miguel Bosé como principal atractivo, Cover Night ha terminado de rematar la temporada más que discreta de La 1 en prime time.
A los pobres datos de audiencia del programa producido por Shine Iberia hay que sumar su elevado coste. TVE ha dedicado un total de 9,4 millones de euros, a razón de 650.000 euros por entrega. No obstante, la cantidad que la pública ha destinado a Cover Night es inferior a la que dedicó a su predecesor, Dúos Increíbles, pero este, eso sí, logró mejores resultados.
El caso de Cover Night es muy llamativo. Sus emisiones arrancaron en marzo, ocupando la noche de los jueves. Tras un debut aceptable –11,9% de share y 1.104.000 espectadores– parecía que podría firmar cifras estables en las sucesivas semanas. No obstante, la realidad cambió siete días después. Con su segunda entrega perdió más de medio millón de espectadores.
Los pobres números que firmó con sus siguientes entregas acabaron mandando al programa al prime time de los sábados. Una decisión que finalmente revocarían desde TVE, devolviendo a Cover Night a los jueves. Desde entonces, apenas pudo superar la barrera del medio millón de fieles, fijando un mínimo de 354.000 espectadores.
MasterChef muestra síntomas de desgaste
Cover Night no ha sido la única decepción a que TVE ha tenido que hacer frente a lo largo de esta temporada. A este fracaso le precedieron otros como los que firmaron Vamos a llevarnos bien o Todos contra 1, ambos cancelados antes de su final, o Días de tele, que pese a mejorar sus números en la recta final, no empezó con buen pie y estuvo rodeado por la polémica desde su estreno.
Entre toda esta vorágine de fracasos y sinsabores apareció la undécima edición de MasterChef, salvavidas habitual para TVE y formato estrella de la pública durante la última década. No obstante, los datos de audiencia no engañan. El talent de cocina parece estar mostrando los primeros síntomas de desgaste en esta edición.
Actualmente promedia una cuota del 12,5%, muy lejos de anteriores temporadas. Su peor edición fue, precisamente, la del año pasado, cuando registró un 14,6% de share y 1.642.000 espectadores, es decir 2 puntos menos que la actual. Atendiendo a estos datos, cabe esperar que la presente temporada de MasterChef sea la peor del formato hasta la fecha.
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