La venganza se sirve fría, reza el dicho. La de Iván Redondo conoció un entremés el pasado lunes, cuando, desde La Vanguardia, envió un recado a Miguel Barroso y a su Brunete mediática prisáica, empeñada en demoler el nombramiento de Miguel Ángel Oliver como presidente de la manipulada agencia EFE. Y es que ya se ha explicado que Oliver no pertenece a la cuadra de Cubanino (Miguel Barroso para los no iniciados), como tampoco Redondo (Iván para los iniciados), ambos damnificados por su purga en Moncloa en el verano de 2021. Recordaba el ex jefe de gabinete, de forma sibilina, que también Gabriela Cañas trabajó como directora general en Moncloa entre 2006 y 2008, dando a entender que eso, sin embargo, no molestó a Barroso, tal vez porque entonces él ocupaba la poltrona al lado de José Luis Rodríguez Zapatero. A buen entendedor, pocas palabras. El “enhorabuena, compañero” con que se dirigía a “Oli” era un guiño comprensible entre dos ‘asesinados’ por la larga mano de Miguel Barroso.