En la Tierra a miércoles, diciembre 18, 2024

PRODUCIDO POR NITID, YA EN YOUTUBE

“Es una gran responsabilidad hacer el primer documental sobre el lobby”

CELIA DE COCA, DIRECTORA DE “ASUNTOS MÁS QUE PÚBLICOS”, HABLA CON PRNOTICIAS

“Conocer en profundidad esta disciplina me ha servido para descubrir su atractivo, contagiarme de la pasión que sienten por ella aquellos que ejercen esta profesión y sentir la parte humana de un ámbito que, desde fuera, puede parecer impersonal, pero que, en realidad, no hay nada más humano que su ejercicio”

NITID ha estrenado este 1 de marzo “Asuntos más que públicos”, el primer documental sobre el lobby en España, disponible en YouTube y en la web asuntosmasquepublicos.com. Pionero en España por la temática, ha sido dirigido por Celia de Coca, directora de cine documental y creadora de imágenes, con quien hemos conversado para conocer los detalles de esta producción.

“Antes de hacer esta película llevé a cabo un proceso de documentación e investigación para adentrarme en la materia, analizando mitos, tópicos y prejuicios, averiguando el cómo y el porqué de la existencia de esta actividad, comprendiendo el contexto en el que se desarrolla, conociendo las opiniones del público no especializado y la visión de expertos y profesionales”. Así comenzó este diálogo con PRNoticias, con quien ampliamos la perspectiva tras aceptar el reto de dirigir este —también— reto.

¿Qué significó para ti dirigir “Asuntos más que públicos”?

Es una gran responsabilidad hacer el primer documental sobre el lobby en España y, por eso hemos querido ofrecer una visión lo más objetiva y transparente posible, trasladando las preguntas al espectador, para que saque sus propias conclusiones, basadas ya en un abanico de argumentos y no tanto en percepciones difusas.

¿“Asuntos más que públicos es un documental, una película, un cortometraje…?

Se trata de una película documental. En materia de definiciones hay poco consenso entre las palabras película, documental, reportaje, etc. Largo y corto sólo alude a la duración del metraje. A partir de 60 minutos se considera largometraje. La clave para mí está en definir si la imagen es una ilustración literal de lo dicho, de las palabras que se escuchan, por ejemplo: si alguien habla de comida, las imágenes muestran comida; o si éstas se constituyen como lenguaje propio, con sus metáforas y alegorías, si éstas son una puerta de entrada a un mundo más simbólico que enriquece lo dicho a través del sentimiento. Es en este último caso, cuando se trata de una película/cine y no de un reportaje. La etiqueta de cine documental es sólo una categoría que, en contraposición al cine de ficción, alude, por una parte, al tratamiento y los personajes -que no son actores- y por otra, a la intención de trasladar o divulgar una información. En Asuntos más que públicos hay numerosas metáforas o símbolos que trascienden a la literalidad de lo que se está diciendo.

¿Cuál fue el mayor reto al que te tuviste que enfrentar durante todo el trabajo?

El reto principal ha consistido en mostrar al individuo en dos actitudes vitales: por un lado, como sujeto pasivo, sobre el que impacta la regulación y en cuyo proceso de toma de decisión no ha podido, sabido o querido participar, y por otro, como agente activo o potencialmente activo en la defensa de sus intereses, ya sea directamente o a través de una representación.

¿Qué elementos eran indispensables reflejar, desde el punto de vista del director?

Para ofrecer un mosaico lo más amplio posible de lo que son los asuntos públicos era necesario recoger aportaciones desde distintos niveles de experiencia y conocimientos sobre el sector, testimonios que nos aportan una visión interna pero también personas que aportan su percepción desde fuera. Las entrevistas a pie de calle han resultado muy elocuentes para tomar el pulso al grado de conocimiento sobre este ámbito. Desde una perspectiva interna, en clave más divulgativa, lo importante era involucrar a diferentes perfiles que conocen o constituyen este sector. Así contamos con opiniones de expertos en comunicación, periodistas en Bruselas, federaciones sectoriales, ONG, empresas consultoras y un largo etcétera. Dando voz a personas ajenas a esta disciplina, ofrecemos un punto de vista muy rico en cuanto a lo que se entiende por participación ciudadana, defensa de intereses y herramientas disponibles para lograr influencia, lo que nos coloca en la pregunta de “¿acaso somos todos lobistas, lo sepamos o no?”.

Es una buena pregunta. ¿En qué han contribuido los diálogos a este trabajo?

Emplear la conversación entre agentes en vez de tener sólo testimonios individuales ha enriquecido mucho el contenido reflejado, observando dinámicas que reflejan distintos puntos de vista a través del diálogo. Era importante mostrar también el posicionamiento de personas a las que les afecta la regulación de un sector, yendo a conocer de primera mano casos concretos y poder observar cómo impactan ciertas medidas en su día a día, en su entorno socioeconómico, en la vida que han decidido llevar, en su futuro y qué hacen o pueden hacer para mejorar esas regulaciones. Al final, se trata de poder vernos a nosotros mismos, en nuestra cotidianidad, como parte de una sociedad civil con potencial de actuación y con derecho a defender nuestros intereses para mejorar nuestro entorno.

¿Cómo fue el proceso de producción en general?

El proceso fue intenso y apasionante, pues hemos conocido historias muy bellas sobre el esfuerzo, la transmisión de conocimiento intergeneracional, la lucha por mantener un estilo de vida y garantizarse un futuro sostenible, el compromiso con su comunidad. Poder retratar, por ejemplo, la mirada de orgullo de un abuelo a su nieta, porque ésta ha decidido continuar con la tradición familiar de ser pescadora, ha sido un regalo. Personas apasionadas por su trabajo, que necesitan de la existencia de un puente que conecte su realidad con la del legislador. Haber convivido con los pescadores durante su jornada de 16 horas en un pequeño pesquero en la Bahía de Cádiz; haber sentido la fuerza de una comunidad de ganaderos en Zamora; o haber vivido el compromiso de miles de personas con la lucha contra el cáncer en Santander han sido otros ejemplos del proceso de rodaje.

En el proceso de postproducción, ¿qué fue lo más difícil?

Lo más complicado ha sido cortar para mantener la película en una duración razonable. Elegir qué entra dentro y qué queda fuera es lo más complicado siempre.

¿Y lo más fácil?

Nada es fácil en postproducción, jejeje.

¿Crees que “Asuntos más que públicos” cumple el objetivo de acercar esta disciplina a la sociedad? ¿Por qué?

Estoy convencida de que, quien vea esta película, obtendrá una imagen mucho más nítida sobre esta disciplina y de por qué es necesaria. Este sector es, al fin y al cabo, una profesionalización de una necesidad intrínseca al ser humano, desde que el mundo es mundo. Los casos, las conversaciones y lo que plasma esta película son una radiografía que aporta conocimiento a la sociedad en general, claves interesantes para los ya que ejercen esta profesión o desean acercarse a ella. Quizá despierte vocaciones, ¿quién sabe?

¿Qué aprendiste tú sobre Asuntos Públicos?

Conocer en profundidad esta disciplina me ha servido para descubrir su atractivo, contagiarme de la pasión que sienten por ella aquellos que ejercen esta profesión y sentir la parte humana de un ámbito que, desde fuera, puede parecer impersonal, pero que, en realidad, no hay nada más humano que su ejercicio.

Seguiremos Informando…

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