Pedro Sánchez se ha autoproclamado líder de una cruzada contra los bulos y la desinformación. Según sus propias palabras, una parte importante de sus dudas sobre permanecer al frente del Gobierno las provocaron las informaciones falsas publicadas por algunos medios de comunicación sobre su mujer, Begoña Gómez.
Su objetivo es cercar a lo que ha calificado como “pseudomedios”, evitando así que las fake news campen a sus anchas. El problema de la desinformación y la publicación de noticias abiertamente falsas no es un problema nuevo, pues viene de muy atrás.
Moncloa reclama transparencia a los medios de comunicación, pero desde la Secretaría de Estado de Comunicación -liderada por Francesc Vallès– no predican con el ejemplo. La opacidad se ha instalado dentro del Gobierno, que en varias ocasiones “premia” a medios de comunicación afines en detrimento de otros, habitualmente más críticos con sus políticas.
Otra cuestión importante es la que respecta al reparto de la publicidad institucional. La intención del Ejecutivo es abordar un nuevo plan para promover cambios en los criterios empleados para centralizar la toma de decisiones y mejorar la coordinación a la hora de decidir y distribuir las campañas.
Ahora bien, estos criterios -nuevos a tales efectos- premiarían la calidad frente a la cantidad. El Gobierno planea restarle importancia a la audiencia en beneficio de otros factores más subjetivos y que, de momento, no ha terminado de poner sobre la mesa.
La razón de ello hay que buscarla en la institucionalización del clickbait, pues en muchas ocasiones la información con los titulares más impactantes son los que acaban llegando al ciudadano en detrimento de noticias “más elaboradas”.
La influencia de Prisa, clave en la toma de decisiones
Precisamente, Prisa ha jugado un papel clave en esta reconsideración del Gobierno de los criterios relativos al reparto de la publicidad institucional. El grupo presidido por Joseph Oughourlian ha presionado para que la audiencia no sea tan determinante en este aspecto.
Conscientes de que El País ha perdido la batalla frente a El Español, actual líder de la prensa digital, según el medidor GfK Dam, desde Prisa buscan influir en Moncloa para que otras cuestiones más abstractas como la RSC (Responsabilidad Social Corporativa) o la “sostenibilidad democrática” ganen peso.
No obstante, este plan ha despertado muchas dudas a los medios de comunicación menos afines al Gobierno, que ven con preocupación cómo estos nuevos criterios menos objetivos pueden perjudicar sus intereses a medio largo plazo, y al mismo tiempo, beneficiar a la prensa más próxima a Moncloa.
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