Televisión Española vive sus mejores días de la temporada gracias a la Eurocopa que se está celebrando en Alemania. El fútbol es, desde hace décadas, un fenómeno de masas, y la retransmisión de encuentros por televisión siempre ha sido garantía de éxito en audiencia.
Conscientes de ello, hace tiempo que en la corporación decidieron apostar por grandes torneos internacionales como contrapeso a la debilidad de sus propuestas frente a las de las cadenas privadas. Un “parche” que, cuando se caiga, dejará al descubierto las costuras de la pública.
En estos primeros días de Eurocopa se puede comprobar cómo TVE es incapaz de arrastrar audiencia al resto de sus franjas tras la emisión de un encuentro. Un caso que se hace especialmente palpable en La 1, donde emite los “platos fuertes”, y que a menudo se disputan a las 21:00h.
El estreno de Invictus, ¿te atreves? es un buen ejemplo de ello. El programa conducido por Patricia Conde aterrizó este lunes en La 1 tras la emisión del debut de Francia contra Austria. El encuentro congregó a 3.306.000 espectadores, que se tradujo en un 26,5 % de cuota de pantalla para la cadena pública. Sin embargo, minutos después, la nueva apuesta de TVE sólo firmó un share del 7,7%, convenciendo a sólo 663.000 espectadores.
Hasta la fecha, todos los partidos emitidos en La 1 han superado la barrera del millón y medio de espectadores, a excepción del Hungría – Suiza del pasado sábado. Independientemente de la franja de emisión, esos números son muy difíciles de sostener.
Pese a ello, la caída de audiencia entre un encuentro de la Eurocopa y la emisión posterior es tan significativa que, en muchos casos, es superior al 70%, como ya hemos comprobado en varias ocasiones durante esta primera jornada de la fase de grupos.
Un balón de oxígeno con fecha de caducidad
La Eurocopa es un balón de oxígeno para TVE, que está a punto de cerrar una temporada marcada por haber cedido la segunda plaza a Telecinco. La crisis vivida en la cúpula directiva -materializada en las salidas de Elena Sánchez y de José Pablo López– estuvo motivada, entre otras cosas, por la falta de acierto y la consecuente caída de audiencia.
No es casualidad que la corporación pública recurra a grandes eventos deportivos para paliar la fuga de espectadores. Ya lo hizo en 2022, cuando apostó por emitir hasta 20 partidos del Mundial de Qatar. Durante las últimas semanas del año, TVE cosechó grandes datos de audiencia.
Como ocurrirá durante las siguientes semanas, aquellos encuentros sólo fueron un oasis dentro del desierto que es la cadena pública durante la mayor parte del año. Porque a excepción de pocos programas -como MasterChef– La 1 carece de una propuesta atractiva para los espectadores, que se marchan una vez ha finalizado la emisión puntual que les interesa.
La llegada de David Broncano a las noches de TVE a partir de septiembre buscará suplir esta carencia. El cómico andaluz -aún en Movistar- se postula como la gran baza de una TVE necesitada de un sello propio. La cuestión aquí es que ese elemento diferenciador viene impuesto desde Moncloa, que busca combatir a la “derecha mediática” desde la televisión pública.
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