Nadie se lo explica. En apenas tres días, Carlos Latre ha fulminado su carrera televisiva y, quién sabe, si también la humorística. El juicio sobre Babylon Show es unánime en el sector: “Una mierda”. Tiempo habrá para analizarlo, pero la suma de errores de todo tipo y de amateurismo ha dejado de piedra a todo el mundo.
“Es que no hay por dónde cogerlo”, reconocen hasta en Mediaset. Nadie, repetimos, pero absolutamente nadie, se explica que Latre haya quemado todas sus naves para hacerse este harakiri televisado. La agonía, además, va acompañada de la tortura de las audiencias, donde cada día son más bajas.
Cómo y por qué ha pegado este patinazo histórico Latre es algo que tiene en ascuas a todo el mundo. Y lo que puede pasar a partir del lunes, con competencia directa de Pablo Motos y David Broncano, puede ser apocalíptico, que diría Piqueras.
Los datos no engañan
Las impresiones compartidas por los espectadores quedan refrendadas por los datos de audiencia. Su estreno, que algunos se atrevieron a tildar de “esperanzador” apenas superó la barrera del millón de espectadores, firmando un pobre share del 10,1%.
Pero por si había dudas, la segunda y tercera entrega del programa han confirmado una obviedad: Babylon Show no convence. Con un 6,9% y un 6,7% de cuota en las noches del martes y del miércoles respectivamente, al formato se le presenta un futuro muy negro de cara al resto de la temporada.
Todo ello, en caso de que Telecinco no opte por la cancelación más pronto que tarde. El precedente más inmediato, Cuentos chinos, apenas duró un mes y medio en la parrilla, por lo que Carlos Latre debe mejorar mucho sus prestaciones si no quiere acabar como Jorge Javier Vázquez.
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