Un simple retuiteo de Pablo Iglesias ha dado más qué hablar que una declaración. Y es que el hecho de que exlíder de Podemos haya contribuido a difundir un tuit en el que se recuerda cómo los directores de ‘El Diario’ e ‘Infolibre’, Ignacio Escolar y Daniel Basteiro, trataron los Casos Dina y Neurona, pone de manifiesto que en el ámbito morado no se olvida a los dos autoproclamados referentes del periodismo progresista.
De hecho, el retuiteo de Iglesias esconde una larga lista de agravios e intereses en dicho ámbito, ya que el exdirigente de Podemos -que ahora opera como empresario de medios a través de Canal Red y como guardián de la ortodoxia, desde posiciones supuestamente externas, de la formación morada- tiene motivos para desconfiar de las posiciones de Basteiro y Escolar.
Unos motivos que no se reducen tan sólo a la pugna por los suscriptores en el ámbito de la izquierda mediático, sino también políticas y, en cierto modo, personales. Iglesias no olvida que, a pesar de que durante un tiempo numerosos periodistas y nombres de ‘El Diario’ abrevaban en su entorno (su hagiografía llegó a ser escrita, en forma de entrevista, por un redactor al que el clan Escolar tuvo que trasladar a la cobertura del PP tras ello, después de haberle mantenido durante años como responsable de la información relativa a Podemos), los jefes de la “empresa familiar” (como los definen en dicho ámbito) barren para Sumar y, sobre todo, para el PSOE.
En el caso de Escolar, además, se da cita una circunstancia determinante: el papel del vástago de Arsenio, Ignacio, en la ruptura político-personal con Iñigo Errejón. Iglesias y su gente no han dejado de señalar, en los últimos años, que fue durante una cena en caso de Escolar junior en la que éste, junto al sociólogo Narciso Michavila, dieron aire a las posibilidades electorales de un Errejón que no había digerido la derrota de Vistalegre II. El germen de la disidencia errejonista, y su posterior escisión de Podemos, se atribuiría, según esta versión, a Ignacio Escolar. En el actual Podemos, se da por hecho que el clan Escolar opera al servicio del PSOE, aunque busque atraer lectores de extrema izquierda realizando ciertas concesiones entre sus enfoques y columnistas.
Algo similar considera el entorno morado de ‘Infolibre’, donde Basteiro es contemplado como un peón al servicio del influyente José Miguel Contreras, propietario del medio, alto directivo del Grupo Prisa y uno de los hombres más escuchados en los ámbitos socialistas.
No extraña, por tanto, que Iglesias y su gente anden a la gresca con los dos máximos representantes de ‘El Diario’ e ‘Infolibre’. El ‘feeling’, si alguna vez existió más haya de los intereses mutuos, hace tiempo que se vino abajo.
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