Las inversiones en sostenibilidad no solo son una respuesta a los retos ambientales y sociales, sino que también se han convertido en un motor de crecimiento para las empresas. Así lo confirma la 28.ª Encuesta Global de CEO de PwC, que revela que estas iniciativas tienen seis veces más probabilidades de aumentar los ingresos que de reducirlos. Además, alrededor de dos tercios de los CEO afirman que las inversiones sostenibles han reducido sus costes o no han tenido un impacto significativo en ellos.
Sin embargo, estos beneficios no se distribuyen de manera uniforme. Factores como la regulación y los incentivos públicos marcan diferencias entre países. Así, se puede observar cómo mientras que en Alemania y Francia casi la mitad de los CEO ven un aumento de costes asociado a la sostenibilidad, en Estados Unidos solo una quinta parte percibe este efecto. En China, el 60% de los directivos asegura haber generado ingresos adicionales gracias a estas inversiones, una proporción muy superior a la de otras regiones. Asimismo, el 46% de los CEO chinos afirman contar con incentivos gubernamentales para sus iniciativas sostenibles.

El análisis de PwC también confirma la relación que existe entre las inversiones en materia de ESG y los márgenes de beneficio. Y es que la sostenibilidad también se ha convertido en un factor clave para los inversores. En la Global Investor Survey 2024 de PwC, casi el 70% de los encuestados considera que las empresas deben invertir en sostenibilidad y ESG, incluso si esto afecta la rentabilidad a corto plazo. La alineación de los incentivos también juega un papel fundamental: el 56% de los CEO a nivel global afirman que su compensación está vinculada a indicadores de sostenibilidad. Según los datos, cuanto mayor es el porcentaje de retribución ligado a estos objetivos, mayor es la probabilidad de que los ingresos provengan de inversiones sostenibles.
Así, PwC destaca en su informe la importancia de integrar estrategias energéticas eficientes, equilibrando el suministro fiable de energía, reduciendo emisiones y controlando los costes, así como la necesidad de una estrategia de datos para la sostenibilidad. Con el endurecimiento de los requisitos de reporting, contar con información precisa y basada en hechos es crucial para la toma de decisiones. Un enfoque basado en datos no solo facilita la adaptación a las nuevas regulaciones, sino que también refuerza la capacidad de las empresas para generar valor a través de sus inversiones sostenibles.
La importancia de la comunicación
Es aquí donde entra la comunicación. Los consumidores, inversores y empleados exigen información clara y verificable sobre los esfuerzos ambientales y sociales de las empresas, y una comunicación deficiente o poco creíble puede derivar en acusaciones de greenwashing, afectando la reputación corporativa y debilitando la credibilidad de la organización. Esta debe ser eficiente y transparente para que pueda generar confianza en el público y la sociedad en general.
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