La situación es complicada para Luis Planas, cuya comunicación es un buque con numerosas vías de agua. Y es que hasta ahora el ministro de Agricultura había capeado, mal que bien, los temas que le tocaban de cerca arrimándose a la sombra proyectada por el Ejecutivo sobre ciertos medios progubernamentales.
Sin embargo, el escándalo de la colocación de Jessica, la ‘amiga’ del exministro de Transportes, José Luis Ábalos, en Tragsa -dependiente de su Ministerio-, ha terminado por hacer aflorar lo que algunos ya venían temiéndose: la absoluta incapacidad del área de comunicación que pulula en el entorno de Planas.
Todos los ojos, estos días, andan pendientes en el Ministerio de la directora de comunicación, Anabel Pascual. Y es que la periodista, procedente de Efeagro (la rama especializada en las cuestiones agroalimentarias de la agencia estatal Efe), no parece haber sido capaz de capear la lluvia de plomo que ha caído sobre la gestión de Planas y su posible papel en la contratación de la mencionada Jessica.
Estos días se recuerda, tanto por el Ministerio de Planas como por la madrileña Avenida de Burgos, sede de la agencia presidida por el exsecretario de Estado de Comunicación Miguel Ángel Oliver, el desembarco de Pascual en el vetusto edificio de Atocha.
Y es que los más malévolos se preguntan qué pensará Mercedes Salas de todo lo que anda sucediendo tras haber ocupado la dirección de comunicación de dicho Ministerio. La periodista, retornada hoy en día a Efeagro, fue responsable en su momento del desembarco de su compañera, Pascual, en el área que dirigía. Algunos no olvidan cómo acabó la historia y que, como se suele decir, de aquellos polvos, estos lodos.
Mientras tanto, eso sí, Planas sigue atrincherado en los discursos huecos aplaudidos por una claque de comisarios de tercera regional liderada por Victoria Rodríguez y Miguel Ruiz y difundiendo fotos de su encuentro con Ferrán Adrià, su ‘focus group’ natural, como susurran con malicia algunos…
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