Ander Gil, expresidente del Senado y senador del PSOE por la provincia de Burgos, ha anunciado a través de sus redes sociales su renuncia al escaño en la Cámara Alta para incorporarse a LLYC como director senior de Asuntos Públicos para España y Portugal.
“Concluyo una etapa apasionante en la política para iniciar nuevos retos profesionales en el ámbito privado”, dice, a la vez que agradece al presidente Pedro Sánchez la confianza que ha depositado en él.
En otro post, Gil publica el acta de renuncia, agradeciendo también “a la ciudadanía burgalesa por su respaldo para representarle en el Senado durante más de una década. Confío en que la Cámara avance en la defensa de los territorios, así como en el reconocimiento de su pluralidad lingüística y cultural, desde el diálogo y el consenso”.
Gracias a la ciudadanía burgalesa por su respaldo para representarle en el Senado durante más de una década.
— Ander Gil (@Ander_Gil) April 14, 2025
Confío en que la Cámara avance en la defensa de los territorios, así como en el reconocimiento de su pluralidad lingüística y cultural, desde el diálogo y el consenso. pic.twitter.com/Uslp6Lviwr
Los puntos fuertes, y débiles
La experiencia legislativa de Gil, su capacidad de negociación, credibilidad política, conocimiento institucional y red de influencia, le han valido para ser un atractivo para el sector privado, en este momento de auge del sector de los Asuntos Públicos en España. También le ha valido su amplia experiencia institucional, que incluye más de una década como Senador, por lo que conoce los engranajes del poder legislativo y tiene una extensa red de contactos políticos a nivel nacional y autonómico.
Ander Gil ha sido portavoz del PSOE en el Senado, lo que implicaba una visibilidad mediática y habilidades comunicativas, siendo percibido como un hombre moderado y dialogante, activo bien valorado para el manejo de crisis, relaciones institucionales y representación ante stakeholders. Su defensa de la pluralidad lingüística y territorial de España también le da un plus en el contexto de relaciones públicas con administraciones descentralizadas o multinacionales.
Entre los puntos débiles, destaca precisamente su inexperiencia en el sector privado y la cultura corporativa. Su carrera ha sido casi enteramente pública. De igual manera, Gil está identificado plenamente con un partido, y aunque en la práctica no hay conflicto, el salto del Senado a una consultora puede alimentar el debate sobre las “puertas giratorias”, algo que suele generar escrutinio o desgaste reputacional. Todo se andará.
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