Cada año, más de 70.000 hombres en España eligen la vasectomía como método anticonceptivo definitivo, una cifra que la sitúa como una de las opciones más populares para quienes ya han completado su paternidad.
Sin embargo, la vida da muchas vueltas y, para un porcentaje significativo de ellos, la decisión de no tener más hijos puede cambiar. Aquí es donde entra en juego la vasovasostomía, la cirugía de reversión de la vasectomía, que permite a muchos hombres recuperar su fertilidad.
Según datos del LXXIX congreso nacional de la Asociación Española de Urología, entre el 10% y el 15% de los hombres que se someten a una vasectomía optan por revertirla. Las razones son variadas, pero a menudo incluyen haberse vasectomizado siendo joven (especialmente antes de los 30), no haber tenido hijos antes del procedimiento, o cambios importantes en su situación personal o de pareja, como un divorcio.
El Dr. Alfredo Hernández Villaverde, urólogo de Clínica FEMM especializado en cirugía reconstructiva y microcirugía, subraya que “aunque no siempre es viable recuperar la fertilidad, los avances técnicos actuales permiten obtener resultados satisfactorios en un alto porcentaje de casos, especialmente si la intervención se realiza dentro de los 10 primeros años tras la vasectomía”.
La complejidad de la reversión
La vasovasostomía no es tan sencilla como la vasectomía. Consiste en reconectar los conductos deferentes, que fueron seccionados durante la vasectomía, utilizando técnicas microquirúrgicas de alta precisión. El éxito de esta compleja intervención depende de varios factores clave: la calidad del semen del paciente, la experiencia del equipo médico y el tiempo transcurrido desde la vasectomía. De hecho, si la reversión se realiza antes de los 10 años, las posibilidades de recuperar la fertilidad oscilan entre el 60% y el 90%.
El Dr. Hernández advierte sobre un error común: asumir que la reversión es tan simple como la vasectomía. “La microcirugía requiere de precisión, instrumental especializado y experiencia quirúrgica”, explica. “Por eso es clave acudir a centros que cuenten con equipos altamente cualificados”.
Antes de la cirugía, es fundamental que el paciente se someta a un estudio completo que incluya un análisis de semen, su historial clínico y una ecografía testicular. Esta evaluación preoperatoria es crucial para valorar la probabilidad de éxito y planificar la intervención.
La cirugía de vasovasostomía tiene una duración de 2 a 4 horas y puede realizarse bajo anestesia local con sedación o anestesia general, según las necesidades individuales del paciente. Tras la intervención, se recomienda un reposo relativo durante la primera semana, evitando esfuerzos físicos importantes y relaciones sexuales. La mayoría de los pacientes pueden retomar su actividad normal en aproximadamente 15 días, aunque la recuperación puede variar en cada caso.
El seguimiento postoperatorio es esencial para confirmar la permeabilidad de los conductos y la calidad del semen. “A los 3 meses tras la cirugía, realizamos un chequeo para ver la permeabilidad mediante un seminograma, que podemos volver a realizar a los 6 meses posteriores para determinar la cantidad y calidad de espermatozoides”, concluye el Dr. Hernández.
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