El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asegura haber persuadido a Coca-Cola para modificar su icónica receta en Estados Unidos, eliminando el jarabe de maíz de alta fructosa para volver al azúcar de caña, como “en los buenos tiempos”, según sus propias palabras. Aunque la compañía no ha hecho comentarios oficiales al respecto, Trump va más allá y afirma que esta nueva versión llevará su apellido en la etiqueta, es decir, que se llamará algo así como “Trump-Cola”.
Pero lo que no sabe el mandatario es que la Coca-Cola podría tener sus orígenes en Valencia. A finales del siglo XIX, en el pequeño municipio valenciano de Aielo de Malferit, un grupo local creó un producto pionero llamado “Jarabe Superior de Kola Coca”, elaborado con hoja de coca procedente de Perú y nuez de cola. Esta bebida, ganó fama rápidamente como un elixir tanto exótico como “higiénico”, alcanzando presencia internacional tras presentarse en ferias y certámenes.
Tan solo un año después, el farmacéutico John Pemberton en Atlanta introduce su propia versión, la que hoy conocemos como Coca‑Cola, diferenciada principalmente por el uso de agua carbonatada en lugar de agua fresca. Mientras tanto, en Aielo ya se comercializaba su jarabe patentado en España, y cuando Coca‑Cola quiso distribuirse en territorio español durante los años cincuenta, la empresa estadounidense tuvo que adquirir los derechos del nombre y fórmula valenciana, pagando al fabricante local entre 30 000 y 50 000 pesetas.
En la actualidad, Aielo conserva aquella herencia en su antigua fábrica, donde se guarda la receta original y se sigue produciendo una versión con alcohol.
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