El diario El País, dirigido por Jan Martínez Ahrens volvió ayer a activar una de sus líneas editoriales más previsibles: la de asumir, amplificar y blanquear el discurso sanitario de Más Madrid y de la actual ministra de Sanidad, Mónica García.
Lo hizo con un reportaje de tono alarmista y abiertamente militante en el que se cuestionan los turnos nocturnos de pruebas diagnósticas en hospitales de gestión público-privada de la Comunidad de Madrid. Una práctica extendida en Europa, utilizada desde hace años en países con sistemas sanitarios admirados por la izquierda española —Francia, Alemania, Países Bajos— y cuyo único objetivo es reducir al máximo las listas de espera.
Sin embargo, la pieza de El País intenta convertir una muestra de eficiencia en una supuesta anomalía “para hacer caja”, en palabras del periodista, insinuando que ampliar horarios para atender a más pacientes más rápido es algo sospechoso.
La construcción narrativa es clara: cualquier iniciativa que no pase por el modelo ultra-burocratizado que defiende Mónica García debe ser demonizada. Aunque funcione. Aunque beneficie directamente a miles de madrileños. Aunque reduzca meses de espera.
El marco ideológico disfrazado de periodismo
No es la primera vez que ciertas secciones de El País operan como correa de transmisión de las tesis sanitarias de la izquierda madrileña. Fuentes periodísticas consultadas por PRNoticias reconocen que no es la línea general del diario, pero sí de áreas concretas donde algunos redactores escriben piezas “de convivencia” —en palabras de un profesional del propio sector— con el argumentario de la oposición madrileña y del Ministerio.
El resultado es un periodismo donde el dato se subordina al relato, y donde la eficiencia del modelo madrileño —especialmente el de los hospitales público-privados— se presenta como amenaza y no como lo que es: un caso de éxito en gestión sanitaria. Fuentes sanitarias confirma que el modelo de Madrid es un éxito incuestionable, que recibe halagos internacionales, y permitió hacer más llevadero el COVID19 a todos los madrileños; continua asegurando que es muy absurdo este tipo de informaciones en un medio como El País.
El dato que El País oculta: los hospitales público-privados son los que MENOS lista de espera acumulan
Los números, siempre incómodos cuando desmontan un buen relato ideológico, han sido sistemáticamente ignorados por el reportaje.
Según datos oficiales de la Comunidad de Madrid:
Los hospitales de gestión público-privada figuran trimestre tras trimestre entre los que menos lista de espera presentan, tanto quirúrgica como diagnóstica.
Son centros con mayor velocidad de respuesta, mayor disponibilidad de agendas y mayor capacidad de reorganización de turnos.
Su apertura en franjas ampliadas permite reducir semanas —e incluso meses— de espera diagnóstica, especialmente en pruebas de alta demanda como resonancias o TAC.
Esto, lejos de ser un problema, es una de las claves del éxito del modelo sanitario madrileño, reconocido incluso en informes comparativos europeos.
El absurdo debate sobre los turnos nocturnos
En cualquier sector crítico —seguridad, transporte, energía, emergencias, industria farmacéutica— se trabaja en turnos de 24 horas. En sanidad también y no solo en urgencias, y se hace desde hace décadas.
Plantear que realizar pruebas diagnósticas de madrugada es una especie de desviación moral o una anomalía impropia de un sistema moderno, como sugiere el reportaje, es desconocer cómo funcionan los hospitales del siglo XXI.
La pregunta real no es por qué Madrid habilita turnos nocturnos. La pregunta es: ¿Por qué otras comunidades no lo hacen?,¿Por qué un paciente debería esperar tres meses cuando puede esperar tres semanas?, ¿Por qué se considera “hacer caja” lo que en cualquier país avanzado se considera servicio público eficiente?
El relato de la burocracia contra la realidad de los pacientes
Más Madrid y la ministra García llevan años defendiendo un modelo sanitario centrado en la burocratización, en el crecimiento de estructuras administrativas y en la limitación de la colaboración público-privada incluso cuando esta salva miles de diagnósticos al año.
El País compra este discurso sin cuestionarlo:
Atacar turnos nocturnos.
Atacar mayor flexibilidad de gestión.
Atacar eficiencia.
Atacar a los hospitales que mejores datos presentan.
Ese es el núcleo ideológico del texto.
Lo que desaparece es lo esencial: los madrileños reciben antes su diagnóstico y antes su tratamiento.
Una narrativa que perjudica a quien dice defender: el paciente de la sanidad pública
Reducir listas de espera no es un tema político, es un tema humano, sanitario y urgente. En vez de aplaudir soluciones que funcionan, parte del periodismo militante prefiere defender un ecosistema inmóvil y saturado. Prefiere proteger discursos antes que proteger pacientes. Prefiere denunciar al gestor eficaz antes que exigir mejoras donde realmente hacen falta.
Los hospitales público-privados madrileños —como demuestran los datos oficiales— son una parte fundamental del equilibrio asistencial de la región. Funcionan, son eficientes y están dando resultados trimestrales sostenidos que los sitúan sistemáticamente entre los mejores del sistema.
Cuando el periodismo milita, la sanidad pierde
El reportaje de El País no busca informar. Busca deslegitimar un modelo exitoso para sostener un relato político. Pero la realidad en este caso esta blindada por datos de eficacia, irrefutables:
Madrid reduce listas de espera.
Madrid acelera diagnósticos.
Madrid utiliza todos los recursos disponibles para que el sistema funcione.
Y los hospitales de gestión público-privada son parte esencial de ese éxito.
Si trabajar por la noche para que un madrileño tenga su resultado antes es “hacer caja”, quizá habría que revisar qué se entiende por servicio público y quién está realmente defendiendo la sanidad.
