Un año después de que comenzara la pandemia por COVID-19, la población aún no se acostumbra a los nuevos hábitos. Esta confusión puede acarrear malestar psicológico, lo que se ha denominado “fatiga pandémica”. Las limitaciones de horarios, de actividades, de relaciones sociales y medidas como el distanciamiento social ocasionan un sentimiento de soledad y aumento del estrés y ansiedad. Todos estos cambios e incertidumbres están repercutiendo negativamente en la salud de las personas y, en ese caso, la salud sexual cobra gran relevancia, sobre todo para los que buscan un embarazo.
El 14 de febrero se celebra el Día Europeo de la Salud Sexual, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como “un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad”. Actualmente, dos de los factores que afectan a la salud sexual son el estrés y la ansiedad. Además, a esto sumamos las dificultades derivadas de la ya conocida fatiga pandémica.
La doctora Mónica Aura, directora médica de la clínica Ginefiv en Barcelona, explica que“las mujeres con altos niveles de estrés y ansiedad pueden ovular hasta un 20% menos y la posibilidad de que sus óvulos sean fecundados puede disminuir hasta en un 30%. También afecta a los hombres disminuyendo la calidad seminal, ya que es un factor que tiene múltiples efectos fisiológicos sobre el proceso reproductivo, ya sea natural o a través de un tratamiento”.
Buenos hábitos y alimentación pueden mejorar la salud sexual
Según el último estudio “Conocimiento y hábitos de fertilidad de las mujeres”, elaborado por la Clínica Ginefiv en 2019, las parejas que deseaban ser padres ya percibían el estrés como el elemento más perjudicial para conseguir el embarazo. Y es que, más de la mitad de las mujeres creía que es el mayor obstáculo para lograr quedarse embarazada. Un dato que cobra más relevancia ahora debido a la situación que vivimos.
Practicar deporte, descansar lo suficiente y llevar una buena alimentación son algunas de las recomendaciones que contribuyen a controlar el peso y conseguir de manera más sencilla el embarazo. En relación con la alimentación, la doctora advierte que “se estima que hasta el 12% de la infertilidad primaria es consecuencia de problemas relacionados con el peso. Por ello, conocer los buenos hábitos de vida que contribuyen a mejorar la fertilidad y también aquellos que deben evitarse, es imprescindible para cuidar la capacidad reproductiva”.
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