La consolidación del trabajo híbrido, aquel que combina jornadas en la oficina con días en casa o en espacios alternativos de coworking, en España ha permitido que muchos trabajadores equilibren mejor su vida laboral con la personal, al posibilitar el acceso a espacios de trabajos flexibles próximos a sus núcleos familiares. Este fenómeno ha hecho posible que muchas ciudades de provincia, cuya fuerza laboral solía abandonar estas localidades en favor de los dos grandes centros neurálgicos del país, Madrid y Barcelona, retenga a una mayor parte de su masa de trabajadores. Así lo demuestra el último estudio realizado por IWG, compañía líder mundial en espacios de oficina flexible, que revela que sus centros de coworking en ciudades como Toledo, Alicante, Gijón, Marbella, Murcia o Mallorca han aumentado exponencialmente su número de visitas, según datos internos de la compañía basando en sus conexiones de red.
El caso más paradigmático es el de la capital manchega. El centro toledano de Regus, al igual que el resto de oficinas, sufrió los achaques de la pandemia y los intermitentes confinamientos que se implantaron con el objetivo de reducir la incidencia de la COVID-19. Sin embargo, en lo que llevamos de año, este espacio ha ido mejorando su número de visitas de forma vertiginosa. De hecho, no solo ha recuperado sus niveles previos a la llegada del virus, sino que en el mes de septiembre llegó a duplicar sus cifras de asistencia en comparación al mes de febrero, el último mes pre pandémico.
Las oficinas de trabajo flexible de Regus en Murcia también ha incrementado de forma considerable su número de clientes. De hecho, si comparamos el uso de datos en el mes de septiembre con el de enero, se puede observar una mejora del 424 %, es decir, en los últimos nueve meses el tráfico de datos se ha multiplicado por cinco. Asimismo, los centros en las ciudades de Gijón y Marbella también han duplicado su número de visitas a lo largo de este año.
“El talento también se encuentra fuera de Madrid y Barcelona”
La vuelta a la oficina de este mes de septiembre ha demostrado que el modelo de trabajo predominante en nuestro país es el híbrido. Los múltiples beneficios que este sistema aporta a empresas y a empleados han ayudado a consolidar este modelo, entre ellos una mayor flexibilidad, el ahorro de gastos en las oficinas o el aumento de productividad, así como la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero. También ha posibilitado que los empleados alarguen sus vacaciones. Un ejemplo de ello es el centro de Regus en la isla de Mallorca, cuyos datos de uso de wifi han crecido un 49% en el último año.
“Las ciudades provinciales están teniendo una importante reactivación económica gracias a la flexibilización del modelo laboral y a la implantación de centros de coworking alejados de las grandes urbes”, afirma Philippe Jiménez, country manager de IWG, y añade que “el trabajo híbrido ha llegado para quedarse y cada vez más compañías ofrecen una mejor y mayor gama de beneficios laborales para captar a más empleados y cuidar a los trabajadores actuales”. “En definitiva, el talento también se encuentra fuera de Madrid y Barcelona” sentencia el country manager.