La Federación Internacional de Farmacia (FIP), a través de una encuesta realizada a nivel global, destaca el incremento de la digitalización en la práctica común de la farmacia comunitaria. Según publica Cofares.es, “el sector farmacéutico continua utilizando la tecnología para mejorar la asequibilidad y disponibilidad de medicamentos para el consumidor. Así como para el empoderamiento de las farmacias a la hora de controlar los riesgos de los medicamentos en consumidores, optando por una práctica segura, responsable y eficaz”.
La digitalización, acelerada por la pandemia, se ha traducido en un mayor uso de registros digitales, prescripciones electrónicas (receta electrónica) y el seguimiento en tiempo real de las mismas. Todo esto contribuye a mejorar las oportunidades de los farmacéuticos, así como asegurar la calidad y seguridad del uso de medicamentos.
Acceso a los expedientes médicos del paciente
Según el 58% de los encuestados, la comunidad farmacéutica no ha tenido acceso a los expedientes médicos del paciente. No obstante, países como Australia, Bélgica, China, Islandia o Italia afirman que sí tienen acceso. A pesar de ello, el nivel de acceso varía según las regiones.
Por ejemplo, en la región de Hong Kong (China), la comunidad farmacéutica tiene acceso completo a los registros de salud de los pacientes, con la recomendación de acceder solo a partes concretas del mismo, como por ejemplo, el historial médico.
En el lado contrario se sitúan todos los encuestados de las zonas de África y región oriental del Mediterráneo, que indican que los farmacéuticos no tienen ningún tipo de acceso a los registros médicos de los pacientes.
¿Qué ocurre en España?
Si hablamos de España, el reto pasa por el acceso a los historiales médicos, además de buscar asegurar la equidad de los pacientes durante sus desplazamientos entre Comunidades Autónomas, de manera que un usuario pueda acceder a su medicación independientemente de la región en la que se encuentre.
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