¡Sí, lo has oído bien! El francés Christian Poincheval estaba en una cena con sus amigos cuando se le ocurrió la idea: inventar unas pastillas que modifiquen el asqueroso hedor de las flatulencias en aroma de chocolate. Tras la cena volvió a casa y decidió poner todo su ingenio en marcha para que esta idea cogiera forma. Y así lo hizo.
Creó las pastillas Lutin Malin que, tomándolas antes de la cena, evitan los indeseables olores. El inventor asegura que funcionan al 100%. Se venden en botes de 60 unidades y su precio ronda los 10 euros. Deben tomarse de 2 a 6 píldoras al día según las comidas realizadas. Eso sí, no suelta prenda sobre su fórmula magistral.
Pero no es el único científico que está destinando esfuerzos para hacer del mundo un lugar que huela mejor. La empresa de análisis de ADN ‘Cambrian Genomics’ está envuelta en un proyecto que busca cambiar el olor de los excrementos de los perros en un agradable aroma a plátano. ¡Vivir para oler!
Seguiremos informando…