A unos pocos días de la esperadísima 88ª gala de los Oscar, las voces que se elevan contra la industria de Hollywood por la discriminación siguen apareciendo. Si hace poco hablábamos de la conquista de la cartelera del 2015 por parte de las mujeres hoy toca hablar de los lamentables comentarios que éstas escuchan.
Uno de los temas que más denuncian las actrices es la discriminación que sufren por su sexualidad, etnia o género. Esta discriminación no sólo se refleja en la lamentable desigualdad salarial que tantas actrices han denunciado públicamente, sino también en estos aspectos, donde más clichés y cánones erróneamente establecidos se pueden observar. La polémica suscitada por las nominaciones a los Oscar 2016 –en los que no hay ni un afroamericano ni latino nominado- no parece ser un hecho aislado; más bien parece la punta del iceberg de toda la maquinaria ‘blanqueada’ de Hollywood. Son muchos lo que se han quejado de las estupideces que la industria del cine les impone.
Julia Roberts, por ejemplo, tuvo ciertas dificultades con el guion de Erin Brockovich, con la que finalmente se hizo con un Oscar. “Los productores me pidieron que me pusiera una minifalda para que mi personaje pareciera más sexy”, comentó en una entrevista. Ante su incomodidad, Roberts pudo llegar a un acuerdo con el director, Steven Soderbergh, con quien se encontraba muy sincronizada durante el rodaje y finalmente pudo prescindir de la prenda. Otro de los ejemplos más sonados es el reivindicativo y divertidísimo momento protagonizado por America Ferrera y Eva Longoria en la 73º edición de los Globos de Oro el mes pasado, cuando la primera fue confundida por la cuenta de Twitter oficial de los Globos de Oro con otra compañera latina, Gina Rodríguez. Sin embargo, no es la primera vez que la protagonista de Ugly Betty se ve discriminada por su etnia. Desde su primer contacto con la interpretación, en muchos casting le han pedido que exagerara su acento latino.
Un estudio realizado por la Universidad del Sur de California analizó minuciosamente esta problemática. Si las mujeres tienen poca visibilidad frente a los hombres, ni qué decir de los latinos, afroamericanos y miembros de la comunidad LGBTI. Imaginemos, pues, lo difícil que debe ser para una mujer latina o afroamericana que la tomen en serio en Hollywood. Ni qué decir tiene si a esa ecuación se suma que su sexualidad esté fuera de la heteronormatividad…
Esta problemática no sólo se extiende al mundo del cine y la televisión. Como se pudo ver hace poco en la 58ª gala de los Grammys, la industria de la música también sufre esta discriminación por géneros. ¿Se premia realmente el talento? ¿Si no se es un ‘hombre blanco heterosexual’ no hay posibilidad de brillar con luz propia en el firmamento de Hollywood? ¿Es la discriminación en la meca del cine una realidad o, simplemente, un reflejo de la sociedad en la que vivimos?
Seguiremos informando.