La nueva Mediaset no encuentra un rumbo fijo en su travesía post-Vasile. La reciente salida de Borja Prado como presidente del grupo respectivamente trajo vientos de cambio que, más allá de cuestiones meramente televisivas, se ha traducido en un giro a la izquierda.
No obstante, en Fuencarral hay un conocido presentador que se aleja mucho de la línea editorial marcada por Francisco Moreno, director de Informativos del grupo. Desde su espacio en Horizonte, Iker Jiménez trata la actualidad política y social desde un prisma diferente al de Mediaset.
El periodista se ha convertido en un filón de audiencia, con datos que le mantienen como uno de los grandes referentes para los espectadores de Cuatro. Más allá de Cuarto Milenio, Iker Jiménez se ha destapado como un analista informativo capaz de abordar temas tan dispares como la pandemia del Covid o la guerra de Ucrania.
Su versatilidad le ha granjeado enemigos y críticas, sobre todo en redes sociales, donde le tildan tanto de “fascista” como de “comunista”. Pero si por algo ha sido protagonista en las últimas horas ha sido por su sentido homenaje a los guardias civiles asesinados en Barbate.
La bandera de España presidió la mesa de Horizonte la semana pasada, desde donde Iker Jiménez y su equipo de colaboradores guardaron un respetuoso un minuto de silencio. Algo muy pocas veces visto en televisión y que fue muy comentado en redes, donde cuenta con una legión de admiradores que ensalzan su labor informativa, ya sea desde Cuatro o desde Telecinco.
Quienes conocen a Iker Jiménez dicen que no es sospechoso de situarse hacia un lado u otro del espectro político. Sin embargo, la forma de enfocar ciertos temas desde Horizonte le han granjeado más críticas desde la izquierda que desde la derecha. Una cuestión que le convierte en un verso suelto dentro de Mediaset y en un elemento incómodo para la dirección del grupo.
La “sanchización” de Mediaset, clave para los intereses del Gobierno
Mediaset lleva meses sumida en una crisis sin precedentes. A pesar de sus esfuerzos, la luz al final de túnel parece lejana. A su falta de tirón entre la audiencia hay que sumarle la deriva editorial que está tomando desde que Alessandro Salem sustituyera a Paolo Vasile como CEO del grupo y, especialmente, desde que Borja Prado abandonase su puesto como presidente al verse atado de pies y manos a la hora de definir la línea editorial del grupo.
Una cuestión determinante para entender la realidad de Mediaset, cuyo acercamiento al Gobierno es cada vez más evidente. Buena prueba de ello la encontramos en Informativos Telecinco, que con Carlos Franganillo a la cabeza, trata al Ejecutivo de coalición con amabilidad. Las conexiones entre Fuencarral y Moncloa llegan incluso a la cúpula directiva de Mediaset, descabezada desde que Borja Prado saliese del grupo.
Mediaset busca ahora nuevo presidente entre los miembros de su Consejo de administración. Cristina Garmendia es quien tiene más papeletas para ocupar este cargo. Un perfil muy del gusto del Gobierno, por razones obvias, pues fue ministra de Ciencia e Innovación durante la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2008).
Como hemos contado en PRNoticias, la designación de Garmendia sería un movimiento clave para Pedro Sánchez, que contaría con un apoyo más dentro del sector de los medios de comunicación. Actualmente, RTVE y Prisa son sus principales sostenes, con El País y la Cadena SER ejerciendo como terminales mediáticas más activas.
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