A través el arte, los creadores expresan de forma libre emociones, sensaciones, estados de ánimo, sentimientos, etc. que el público interpreta en base a su experiencia personal. Pero, ¿cómo influyen realmente en las personas las emociones y la sensibilidad que transmiten los grandes maestros de la pintura?
Una investigación pionera llevada a cabo por Quirónsalud, la Universidad Rey Juan Carlos y el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza ha querido responder a esta pregunta para conocer los posibles beneficios que puede tener sobre la salud. “Este tipo de iniciativas nos puede ayudar a descubrir cómo el arte puede ayudar a mejorar la salud”, explica la Dra. Cristina Caramés, directora corporativa Asistencial y de Investigación de Quirónsalud.
Este estudio pretende identificar las emociones predominantes que producen más de 200 obras de arte en un centenar de personas, en el que se incluyen pacientes de Quirónsalud. Las 200 obras utilizadas para la investigación abarcan todas las épocas y estilos principales presentes en las colecciones Thyssen-Bornemisza y Carmen Thyssen. Para llevarlo a cabo, se contará con la colaboración de las investigadoras Ana Reyes, investigadora especializada en el comportamiento de los consumidores con técnicas de neuromarketing e IA, y Rebeca Antolín, doctora en Ciencias de la Información con postgrado en Publicidad y Marketing Digital.
¿Cómo se llevará a cabo el estudio?
“Este proyecto representa una simbiosis entre ciencia, arte y tecnología, en la que se estudia cómo el arte tiene la capacidad de evocar una amplia gama de emociones en las personas”, señala Fernando García Muiña, vicerrector de Investigación y Transferencia de la URJ.
A través de técnicas de inteligencia artificial (IA) y análisis biométrico, se identificarán las emociones inconscientes que se producen al observar un cuadro. Todo ello mediante una cámara que recoge las expresiones faciales y las codifica utilizando un algoritmo de emociones.
Esta métrica se combina, además, con la respuesta psicogalvánica de la piel (microgotas de sudor que se producen al experimentar una emoción), que se suma a la información obtenida mediante eyetraking (dispositivo que recoge los movimientos oculares de las personas mientras miran el cuadro).
Cada una de las obras de arte se clasificarán en base a ocho emociones básicas. Esto permitirá responder a cuestiones como la forma en la que se interactúa con las obras de arte, qué parte del cuadro se mira primero y qué elementos captan la atención en función de las emociones.
Los resultados estarán disponibles a lo largo de 2025
Durante 2025, los visitantes podrán explorar las obras de la colección desde una perspectiva basada en las emociones y a través de piezas audiovisuales que mostrarán tanto el proceso de investigación como sus conclusiones.
“El poder del arte es innegable y esta investigación pionera permitirá profundizar en el impacto emocional que nuestras obras ejercen en el público”, comparte Evelio Acevedo, director gerente del Museo Thyssen-Bornemisza.
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