Ayer domingo, día del Señor para algunos, procedí a pasear a Juana Obdulia y Romeo Santos, dos especímenes de Jack Russell de 5 años el mayor y 6 meses la pequeña. Son muy peleones y se enfrentan, para jugar, a cualquiera que se atreva con sus carreras a ‘mil por hora’. La zona en la que estaba, de la bonita ciudad de Alicante, es una muy tranquila, cuarta o quinta o décima línea de playa, rodeada de grandes y luminosas avenidas y parques con árboles centenarios. Es una zona en la que los riders, ciclistas y amantes del deporte salen a correr a las horas que el calor lo permite.
En estas que me hallo, cuando de pronto me encuentro corriendo por la calle a una cara que me es familiar, pero no ubico. Juana se pone a correr a su lado y el rider se gira pudiendo ver su cara. Claro que le conozco, es el Presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón. Pero sé de él como cualquiera de los españoles, por la tele. Le saludo y corro unos metros a su lado. Un tipo absolutamente normal, cariñoso en el trato, empático, sencillo… aquí no ocultaré que tuve cierto ‘miedo’ al pensar que sus servicios de protección estarían disfrazados de árbol o escondidos detrás de una palmera… Nada de nada, el Presidente salía de su casa, se hacía su recorrido habitual, el de siempre, el del vecino que quiere pasar inadvertido y disfrutar de la ciudad en la que vive con su familia. Allí no apareció nadie. El Presidente Carlos Mazón continuó su tour mañanero y regresó a su casa a ver ganar a Alcaraz y a la Selección, además, entiendo de atender a los valencianos…
Carlos Mazón, quien asumió el cargo el 12 de mayo de 2023, ha sido un defensor de la proximidad y la transparencia en su mandato. Es conocido por sus políticas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas y su enfoque en la sostenibilidad y el medio ambiente. Además, Mazón ha enfatizado la importancia de la convivencia y la normalidad en la política, alejándose de los gestos grandilocuentes y las polémicas innecesarias.
Cuando el Presidente desapareció por el horizonte alicantino, me crucé con un vecino de ochenta años (los cuarenta de ahora… jajajajajaja…). Y le comenté: Acabo de ver al presidente de todos los valencianos paseando tranquilamente, sin escolta… a lo que me contestó: ‘Ay Rita’. Se confesó votante de Compromís, de los que me dijo que mejor no hablar, que les habían vendido a la gallega. Y me dijo una frase que fue la que me llevó a escribir estas líneas: ‘Te imaginas si llega a salir Ximo o El Puchi (en referencia a Puigdemont) a darse una vuelta haciendo footing… Se reía y reía…
Es de agradecer que nuestros políticos empiecen a darse cuenta de que los administrados elegimos ciudadanos que hagan grande el gobierno del pueblo. Los gestos decimonónicos de Fueros y Leyes del pasado que nunca unieron, el invento de una historia que nunca existió… Una duda para un largo café: Los reinos eran Valencia y el de Aragón de Fernando, en Cataluña había un conde, un condado… Entonces: ¿lo de los países catalanes?
Al del peluquín de Ximo no hacen más que crecerle los escándalos a su alrededor: el caso Oltra, Azud, el de la compra de material anticovid y los de su hermano Francis Puig… Es lamentable que el expresidente de la Generalitat, Ximo Puig, se haya visto envuelto en múltiples controversias. El caso Oltra, donde la exvicepresidenta y consellera de Igualdad, Mónica Oltra, está siendo investigada por presunto encubrimiento de abusos sexuales cometidos por su exmarido, ha sacudido los cimientos del gobierno valenciano. Además, el caso Azud, un escándalo de corrupción urbanística, ha salpicado a altos cargos del PSPV y del PP. A esto se suma el escándalo de la compra de material sanitario en plena pandemia, donde se investiga una posible malversación de fondos. Y no olvidemos las irregularidades en las ayudas recibidas por las empresas de su hermano, Francis Puig, lo que ha levantado serias dudas sobre la ética y transparencia de su gestión.
Del tal Puchi sabemos todos dónde está, quién es y la importancia que tiene para acabar con todo lo que se parezca a estabilidad en España. Carles Puigdemont, el expresidente de la Generalitat de Cataluña, sigue residiendo en Bélgica, huyendo de la justicia española tras el referéndum ilegal de independencia de 2017. Su influencia y la de su partido, Junts per Catalunya, continúan siendo un factor desestabilizador en la política española, dificultando cualquier intento de reconciliación y unidad en el país.
Gracias, Presidente Mazón, por dar un tono de normalidad a tanto anormal. Mientras unos se esconden tras escándalos y controversias, otros, como tú, demuestran que la cercanía y la transparencia aún tienen cabida en la política actual. Es un soplo de aire fresco ver a un político que no se refugia en su despacho, sino que sale a la calle, como cualquier otro ciudadano, sin miedo y con la conciencia tranquila. Ojalá más líderes siguieran tu ejemplo y trabajaran por el bienestar de todos, en lugar de sus propios intereses.
Seguiremos InfOpinando…
Respira y disfruta